miércoles, 28 de diciembre de 2011

ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD





Los institutos son una lupa de aumento de los cambios sociológicos que ha aportado la emigración masiva que ha tenido lugar en España en los últimos quince años. Naturalmente, al tratarse de un fenómeno ligado a causas económicas, son las poblaciones de menor renta per cápita las que han vivido con más intensidad la convivencia forzada con colectivos de personas llegadas de todo el mundo en busca del paraguas protector del Estado del Bienestar europeo. Es uno de los efectos más dolorosos de la Globalización.

La prensa pone atención regularmente a esos cambios, casi siempre bajo el prisma del conflicto entre locales y foráneos, insistiendo en la desconfianza hacia las costumbres y tradiciones culturales que podrían suponer una amenaza para nuestras libertades y estilo de vida, fomentando así la aparición de líderes populistas xenófobos.

Como todo eso no es más que una colección de tópicos que, también periódicamente, se alternan con otros tópicos "buenistas" en los que la persona emigrante se convierte en una especie de ángel exótico que va a dar color y calor a la fría y gris uniformidad europea, me abstendré de ahondar en los mismos y me limitaré a dar cuenta del acto que se celebró en el instituto en el que actualmente ejerzo de profesora de Francés desde el mes de noviembre.

Se trata de un Dinar de la Diversitat, en el que los alumnos aportaban voluntariamente un plato típico de su país o región de origen, dándose el caso de que se vean representados nada menos que cuatro continentes: Europa, Asia, África y América. Además de ser una experiencia muy gustosa, creo que eso también sirve para reforzar la autoestima de los recién llegados, que muchas veces no pueden destacarse académicamente por las dificultades idiomáticas y se ven incapaces de darse a conocer de otra manera.

La verdad es que todo estaba muy rico y fue una forma bonita de empatizar con alumnos con los que una tiene pocas ocasiones de confraternizar, ocupada en la dinámica de mantener el orden y la atención sobre la materia.

Bon profit! Bon appétit! ¡Qué aproveche!

lunes, 21 de noviembre de 2011

JE NE VEUX PAS TRAVAILLER

¿Profesora o proyeccionista?

Desde que empecé mi periplo como sustituta este curso, he tenido ocasión de conocer tres institutos de Secundaria. Uno en el área de Sant Cugat del Vallés, otro en Sabadell y otro en Ripollet. En el primero, al que ya señalé como ejemplar, me dediqué a ejercer de profesora de Francés sin ningún impedimento. En el segundo, la profesora había pedido un permiso sin sueldo (los alumnos apuntaban que para "irse de vacaciones") y había dejado organizado un programa cinematográfico para todos los grupos.
Las películas presentadas fueron:
     2º ESO: Les enfants du choeur, vista por enésima vez en un instituto. A los críos les gusta y no caen en la cuenta del sentimentalismo que impregna toda la historia y en que el muchacho protagonista es un actor pésimo, pero de esos que gustan tanto en Francia, como una especie de ángel maldito, que aquí sólo dirige miradas inexpresivas.
    3º ESO A: Vénus, salon de béauté, una película totalmente inadecuada para los adolescentes por su contenido y entramado psicológico.
     3º ESO B: Délicatessen. Una cinta con estética farsesca que tuvo mucho éxito en la época de su estreno pero que los adolescentes no entienden aunque ríen mucho con los elementos más truculentos.
    4º ESO: La classe. Una película de corte verista que conecta muy bien con la audiencia porque se identifica con los protagonistas, adolescentes de un liceo francés en un barrio deprimido que se enfrentan a sus circunstancias con ayuda de sus profesores, a los que a veces manipulan o tergiversan para no asumir sus responsabilidades.
     En el siguiente instituto me encuentro con que se imparte Educación para la Ciudadanía y que la mejor forma de evitar polémicas es tratar "temas universales" con películas. Aquí sí que se introduce una ficha de trabajo para que los alumnos reflexionen, mínimamente, sobre lo que han visto. Como los grupos son tres, tres veces tengo que ver Slumdog Millionnaire, la exitosa cinta británica con un argumento cargado de golpes de efecto y de incoherencias narrativas que narra la historia de un muchacho de las barriadas miserables de Bombay que gana un concurso de preguntas y respuestas gracias a que, ya es casualidad, todas las preguntas tienen que ver con su heroica vida.
     3º ESO: Tanguy, una graciosa comedia con actores de renombre que presenta la historia de un joven talentoso que no tiene la menor intención de abandonar el hogar familiar y que pone a los padres al borden del crimen con su abuso territorial. Se prevé que haya una ficha para comentar algunos aspectos.
     Los alumnos de Bachillerato ya están reclamando la película que ven "después de cada unidad didáctica".
     Según la LOE, la inclusión de medios audiovisuales es un complemento necesario y útil en el aprendizaje de lenguas extranjeras, pero actualmente se produce un abuso en el recurso a ellas, que suelen presentarse enteras, rompiendo la dinámica del curso porque cada largometraje exige unas tres horas de clases, desde que se entra, se lucha contra los elementos electrónicos y se impone silencio a los alumnos.
     Si se suma que las películas también sirven para ilustrar lecciones de Historia, Filosofía, Tutoría, es obvio que se dedica al elemento audiovisual más tiempo del que yo considero útil. En lugar de recurrir a fragmentos, muchos profesores proyectan películas enteras, la mayoría de tipo comercial con un lenguaje visual y narrativo estandarizado y plano que no supone una ampliación de conocimientos de otro lenguaje o de la cultura francesa. Mucho menos en lo que concierne a Tutoría o Educación para la Ciudadanía, donde los argumentos son inevitablemente estadounidenses, ya que es el único país que tiene recursos para tratar temas de interés universal: El día de mañana para el cambio climático; La Isla, para los peligros del desarrollo científico; la citada Slumdog sobre la pobreza en el Tercer Mundo; Quiero ser como Beckam para tratar la discriminación de la mujer; Cadena de favores para reflexionar sobre la solidaridad y el individualismo...
     Creo que se debería tratar este tema con más profundidad, ya que en lo referente a la clase de Francés todavía no he advertido que esas proyecciones sirvieran para aumentar sus conocimientos de la lengua, ya que, lógicamente, se ofrecen subtituladas y los alumnos las consideran como un pasatiempo, una forma de no hacer clases en lugar de verlas como un complemento necesario de las prácticas de comprensión auditiva. En su lugar deberían usarse fragmentos de todo tipo de formatos, que tengan que ver con el francés hablado y la realidad inmediata, buscar el contraste con la realidad propia mediante comparaciones bien establecidas, o el uso de canciones y ejercicios online tan bien planteados como los que ha creado la mítica Carmen Vera, catedrática de Francés en una escuela de idiomas de Albacete que ha hecho la tarea de los profesores mucho más fácil con sus Hot Potatoes y su listado de canciones con letra, como la que puede escucharse con este enlace: href= "http://platea.pntic.mec.es/cvera/hotpot/martini.htm">

domingo, 30 de octubre de 2011

MARY POPPINS Y LA MADRASTRA



       Las despedidas de los institutos también tienen su peculiaridades. Unas veces se entra con buen pie en un grupo o incluso en todo el instituto y el trabajo y una misma son bien recibidos por los alumnos, hecho que, como dice el que le escribe los discursos al Rey, "es motivo de honda satisfacción".
      A veces, en cambio, se tiene la impresión de estar usurpando el puesto de una dama maravillosa (porque en Francés siempre son mujeres), un dechado de virtudes que en pocos meses parecía haber desentrañado los misterios de la adolescencia y con su carisma y comprensión conquistado el corazón de ese público exigente, imprevisible y contradictorio que se comporta y considera a sí mismo como un cliente abonado a un gran espectáculo. Esos mismos que, cuando la tarea o la exigencia les resultan ingratas, te miran como a la Madrastra de Blancanieves y hacen la pregunta clave: "¿Cuándo vendrá la profesora? 
     Los mismos, por cierto, que se levantan como una sola voz indignados ante la previsión de un examen: "Pero, ¿cómo vamos a hacer un examen? ¡Si no sabemos nada!" Si mi respuesta es que estaba programado y ellos avisados y que yo me limito a transmitir el mensaje, la respuesta apenas presenta variaciones de un centro a otro: "Con Fulanita nunca hacemos nada. a) En todo lo que va de curso sólo hemos hecho tres páginas/lecciones. b) En los tres meses/años que llevamos con ella ha estado de baja un montón de veces. c) Sólo nos pone películas. d) Yo no pienso hacer el examen/Tenemos 3 exámenes ese día. ¿Por qué no lo dejamos para la semana siguiente/¡No hay derecho! Vamos a quejarnos ahora mismo al/la tutor/a."
     Puede suceder que la profesora de baja, a la que yo denomino "La meva malalta" (o sea, "mi enferma"), realmente sea laxa en el desempeño de sus funciones y que eso se conjugue con un sincero afán de aprender por parte de algunos alumnos, que se han sentido abandonados o menospreciados por parte de la docente en cuestión. Estos son los que mejor me reciben y los que parecen creer en la posibilidad de rehabilitarse moral o intelectualmente con una profesora sustituta.
       Cuando llega el momento de la despedida, unos verbalizan la decepción por mi partida de una forma educada y amable, cosa que me halaga y me hace sentir la sensación de "misión cumplida" y de cerrar el ciclo correctamente antes de disponerme a recibir un nuevo destino. También se ha dado el caso de que tanto ellos como yo estemos deseando que finalice el periodo de sustitución. En un instituto del Vallés Oriental al que no volvería ni loca me prepararon las alumnas de 4º de la ESO una anti-despedida que pretendía ser humillante pero que yo convertí en un encierro de una hora y que consideré un castigo más para ellas que para mí porque les suponía una hora menos de docencia y, por tanto, de conocimientos.
     Sin embargo, la más entrañable por su espontaneidad es la que recibí en el primer instituto en el que he estado este curso. En el grupo de 3º de la ESO sólo tuve la oportunidad de dar una clase porque los alumnos habían estado comprometidos con una conferencia y una salida. Al terminar la lección e informar de que el lunes siguiente ya tendrían a la titular de vuelta, una niña que había permanecido en la tercera fila sin destacarse especialmente me dijo: "¡Oh, yo no quiero que te vayas! Con la otra me duermo en todas las clases y contigo no me he dormido ni un minuto!"
      Junto con el saludo que aparece transcrito en la pizarra de la foto, creo que es el mejor cumplido que puede hacerte hoy día un alumno de Secundaria.



lunes, 19 de septiembre de 2011

ANALFABETOS POLÍGLOTAS

http://www.lavanguardia.com/politica/20110919/54218729835/junqueras-deshecha-repetir-la-coalicion-con-psc-e-icv-en-el-senado.html



"Junqueras deshecha repetir la coalición con psc e icv en el senado"

"Duran insta a Rubalcaba a hacer más por el catalán y [a] eliminar la tercera hora de castellano"

Parece mentira, pero estos dos titulares se publicaron en la misma edición de La Vanguardia. En la primera noticia se informa de la clara determinación de los miembros del partido independentista catalán ERC de no coaligarse de nuevo con PSC e ICV, que tan malos réditos le dieron. El periodista se confunde con la ortografía y pone "deshecha" en lugar de "desecha", que sería el verbo elegido, aunque dentro del contexto resulta más certero poner "descarta". Si un periodista que escribe en castellano no percibe el garrafal error cometido, y tiene que ser un/a lector/a quien se lo descubra, mal vamos en materia de ortografía castellana.

En la segunda noticia, además del error de ignorar que se "insta a", el contenido de la noticia insiste en una de las constantes de las "lenguas en conflicto". La solución al problema del escaso conocimiento del catalán parece que se halla, según el político Duran i Lleida, en que se imparta una hora más que el castellano; o que es lo mismo, que el castellano se imparta como una segunda lengua extranjera, ya que el inglés no perderá ninguna de sus tres horas semanales sino que, al contrario, se intentará potenciarlo haciendo que algunos docentes impartan materias no lingüísticas en la lengua de Shakeaspeare y Lady Gaga.

Cada año, cuando se acercan los exámenes de Selectividad, se plantea el tema de la mayor o menos dificultad de los exámenes de Lengua Castellana en comparación con los de Catalán. Los profesores que habitualmente acompañan a sus alumnos afirman que los primeros son elementales y que eso se debe a una estrategia política destinada a convencer a los anticatalanes de que el castellano no está discriminado en las aulas, y que las notas de los examinandos lo demuestran año tras año.

Sea cierto o una leyenda docente más, el caso es que el conocimiento y dominio de la ortografía va en retroceso, como si fuera una vergüenza detenerse en su aprendizaje, una coacción a la libertad de expresarse tal como uno siente y desea.

Recientemente introduje un mensaje en el muro de Facebook del sindicato catalán USTEC en el que pedía que se cuidara la ortografía porque me dañaba la vista y la moral, además de estar dando un dejemplo pésimo. Además de algunas adhesiones conseguí unas cuantas críticas de participantes ofendidas porque se daban por aludidas de ese nulo conocimiento o esmero en expresarse en su propio idioma, fuera éste catalán o castellano, aunque principalmente era el primero. Las excusas que daban eran a veces peregrinas y una de ellas era, sencillamente, ¡que no estaban en el aula y podían escribir como quisieran!

P.S.: Esta fotografía la tomé la semana pasada en el instituto Angeleta Ferrer de Sant Cugat del Vallés, un oasis educativo en el que todos los profesores con los que hablé coincidían en ensalzar las virtudes del alumnado por su predisposición al aprendizaje y el respeto generalizado. Las causas de esa excelencia (una profesora llegó a decir que allí el porcentaje de alumnos capaces de alcanzarla era del 30-40%) merecen horas de reflexión y en el siguiente post me detendré a pensar por escrito en ellas.








lunes, 5 de septiembre de 2011

BUENAS MANERAS y MALAS PRÁCTICAS


http://www.publico.es/espana/394594/aguirre-envia-una-carta-con-faltas-de-ortografia-a-21-000-profesores

La polémica sobre la carta con faltas de ortografía enviada a los profesores de Secundaria por la presidenta de la Comunidad de Madrid ha resultado un claro ejemplo de la necesidad de insistir en lo más básico: escribir correctamente. En el caso de Madrid no existe la excusa del bilingüismo y la contaminación de idiomas. Es un caso flagrante de incompetencia, además de ejemplo de mala educación y falta de respeto hacia los profesionales. Desgraciadamente, se repiten los tópicos acerca de las pocas horas de trabajo de los docentes, asimilando las horas de clase con las horas de trabajo. Por fortuna, el ingenio ciudadano ha encontrado rápidamente símiles acordes con los tiempos para visualizar el grado de demagogia lingüística que emplea la que fuera ministra de Cultura en el gobierno de Aznar:

"Decir que los profesores sólo trabajan cuando dan clase es lo mismo que decir que Casillas sólo trabaja cuando está delante de la portería."

Otro también representativo: "Decir que un profesor sólo trabaja cuando da clases es como decir que el presentador del Telediario sólo trabaja la media hora que sale en pantalla."

Nos encontramos en una fase de acoso y derribo de los servicios públicos de la democracia por parte de un colectivo minoritario al que sólo le interesa el lucro personal y que, sin embargo, utiliza todos los beneficios de la lucha de clases conseguidos sin su participación y a su pesar para alcanzar la representación de la ciudadanía y derribar desde lo alto los logros que harían de nuestra sociedad una más igualitaria y cohesionada.

¡FASCISTAS FUERA!

P.S.: Esta fotografía la tomé cuando daba clases particulares a niños de primaria después de finalizar el plazo de disfrute de mi beca de Doctorado y cuando apenas me quedaba un año para terminar la redacción de mi tesis doctoral. Este niño tenía dificultades para seguir ciertas materias, sobre todo porque se distraía y aburría. Le hice esta foto para que la recordara al cabo de un tiempo y se diera cuenta de lo mucho que había aprendido y que el esfuerzo había merecido la pena. Ahora ya es licenciado y tiene su propio negocio.

lunes, 29 de agosto de 2011

COMPETENCIAS BÁSICAS, o el arte infinitamente fecundo (3)


Como decía en el post anterior, es la condición de padre la que provocó en el artista una de las reinterpretaciones más interesantes del cuento de Borges, El jardín de los senderos que se bifurcan: la de los adolescentes que vemos en la pantalla de vídeo.

Para Faustí Llucià, la adolescencia es ese periodo en el que el joven se plantea su destino como un camino y esa Y actúa en el propio relato vital como una disyuntiva más que como una conjunción copulativa: hacer esto o aquello, decidirse por esto y por lo otro... Es una fase muy rica y de mucho desgaste que, desde el exterior, se percibe básicamente como un caos egocéntrico en el que el nuevo ser que ya no es un niño lo desea todo pero no está dispuesto a perder nada. No sería muy exagerado decir que a esas edades, también llamadas "ingratas", el deseo lo es todo. Y, sin embargo, los que tienen hijos cruzando esa travesía relatan la comunicación con el adolescente como el enésimo choque contra una fortaleza inexpugnable que, como mucho, baja el portalón para que se le introduzca comida (y seguir así soportando el asedio de las muchas expectativas adultas). Puede sonar hiperbólico, pero los padres como cronistas tienen menos credibilidad que un espejo con el azogue deslustrado.

Y aquí es donde la iniciativa de Faustí de sacar a los adolescentes de su contexto habitual como grupo, la clase, para solicitarles que lean el cuento y escojan los términos unidos por la Y con los que más se identifiquen o les gusten, supera su condición de experiencia artística para ser también educativa, en el sentido más rico del término: la educación como formación, como construcción, como representación, y no como simple adquisición de saberes.

Por supuesto que habrá estado bien que los alumnos lean una obra de Borges, y máxime siendo ésta corta y tener de ingredientes la sencillez constructiva, la linealidad narrativa, una intriga que acompaña a la fatalidad agazapada en las opciones personales y a la satisfacción del cumplimiento del propio destino. Todos estos elementos se habrán derramado consciente o inconscientemente por sus mentes, se habrán cruzado y solapado con sus experiencias y habrán ampliado sus miras para reconoce que la buena literatura, como el buen arte en general, también habla de ellos.

Es este punto, derivado de una experiencia que rompe con la rutina del aula, el que puede entroncar realmente con las buenas intenciones desplegadas en la (¡y van!) nueva Ley de Educación que estructura el itinerario formativo en ocho competencias básicas. Precisamente la (1) competencia lingüística actúa aquí como aliciente de las siguientes convocadas, que son la (5) social y ciudadana, porque los jóvenes participantes demuestran empatía al aceptar entrar en un proyecto creativo ajeno; la (6) cultural y artística, porque tienen que encarar la experiencia desde su vinculación con una tradición y asimismo proyectarla como algo original, nunca visto; la (7) de aprender a aprender, porque se enfrentan al texto y a la actuación delante de la cámara desde sus propios parámetros; y la (8) de autonomía e iniciativa personal, porque desde su propia libertad eligieron qué elementos del texto hacían suyos para decirlos ante la cámara.

Por estos argumentos he ampliado el título de estos 3 posts con la apostilla, "el arte infinitamente fecundo". Porque se trata de que existió un escritor que leyó mucho y amó mucho todo lo que leyó y ese amor dio a luz una infinidad de relatos que saciaron el anhelo de fantasías y conocimientos de miles y miles de lectores de todo el mundo, muchos de los cuales llegaron a su obra a través de la recomendación de algún amigo, maestro o un ser querido, y a su vez mantuvieron la cadena de recomendaciones para que la obra de Borges enriqueciera la vida de otros anhelantes lectores.

Entre esos lectores hubo uno (al que me imagino estirado en un sofá dispuesto a pasar un buen rato) que se complació con la historia narrada pero que sintió que algo lo alertaba de que aquella sintaxis, pensada para hipnotizarlo y conducirlo hacia un final incuestionable, resonaba como el eco de una vivencia propia muy cercana en el tiempo: la de su hijo entrando en la adolescencia, tal vez sometido a una tormenta de disyuntivas y elecciones ante lo que podría ser su futuro. Y, cuando acaba la lectura, sabe que ésta no quedará ahí, que la despiezará para hallar los detalles que punzan y hieren y creará con ellos una obra también fragmentada que cobrará un sentido nuevo, para él y para quien se sienta interpelado por el prado de conjunciones y el monótono bucle de primeros planos enunciando una enigmática sucesión de mantras que tienen como finalidad recordarnos que todos vamos a morir. Y, como el protagonista del cuento, que cada elección es un sendero que se bifurca.

martes, 23 de agosto de 2011

RETRATO DE ASTEROIDE CON PELOS Y SEÑALES


http://www.publico.es/ciencias/389794/retrato-de-un-gran-asteroide-con-pelos-y-senales


o El arte de titular, porque utilizar la expresión "pelos y señales" para hablar del asteroide Vesta (para unos un protoplaneta, paraotros un meteorito) es poco acertado, aunque haya servido para atraer la atención de una parte del público no especialmente interesado en noticias relacionadas con la astronomía o las ciencias de la naturaleza.

Porque la pequeña "litoesfera", que es noticia por las primeras imágenes enviadas por la sonda Dawn de la NASA, sí muestra señales de impactos (los científicos especulan que pueden deberse a un choque con otro planeta, del que tal vez se desgajó), pero de momento no se perciben rastros de pelos de ningún color ni longitud, señal de su vacío existencial (ahora ya también utilizo el recurso de la personificación para hablar de algo que nunca ha conocido la presencia humana).

viernes, 29 de julio de 2011

COMPETENCIAS BÁSICAS, o el arte infinitimante fecundo (2)



Estas reflexiones surgen tras la visita a la exposición de Faustí Llucià Libro-catálogo de las 'Y' del relato de Jorge Luís Borges "El jardín de los senderos que se bifurcan en la galería Esther Monturiol de Barcelona (y que forma parte de una colectiva de homenaje al escritor argentino cuando se cumplen 25 años desde que abandonó este mundo).

Siguiendo con la línea de reflexión metafísica con la que acabé el anterior post, resumiría la obra de Faustí diciendo que es una y trina. La unidad es temática y se remite a esa obra inquietante del autor argentino, que él mismo modestamente redujo al género policial, en la que un personaje cuenta en primera persona un hecho que sellará su destino a la vez que cumple con una misión que le trasciende. La trinidad se encuentra en la diversidad de lenguajes y soportes que ha utilizado el artista catalán para materializar lo que esa lectura le inspiró.
Al entrar en la galería, un antiguo almacén textil del Eixample barcelonés, con sus techos altos y espacios despejados, vemos una pared cubierta con hojas en tamaño Din-A3 en las que se repite un mismo motivo: dos trazos diagonales, uno más largo que el otro, que se encuentran en un punto del espacio del papel. A distancia, esa maraña de trazos tiene un algo de vegetal, como si fueran tallos estilizados, optimistas, que remiten a un tipo de pintura ya clásica basada en la abstracción de la naturaleza, transformada en concepto. Pero no es así en este caso: si nos acercamos vemos que, junto a esos trazos, hay unas palabras que no parecen tener ninguna conexión entre sí. Hay que volver al título de la exposición para entender que los trazos son la imagen de la y griega, que Faustí Llucià contabilizó en el relato tan como un dato misterioso y necesario como la trama que narraba Borges, y que las palabras en minúscula están extraídas de la historia.

El segundo elemento material de la obra es un recipiente de metal muy grueso y pulido que contiene el libro-catálogo que da nombre al conjunto. Cuando habla de este proyecto, Faustí nos recuerda que ya trabajó con este material anteriormente pero que aquellas cajas (citar obra*) no tienen nada que ver con ésta. Aquí, la caja está apoyada en la pared y contiene las impresiones en papel de alto gramaje con el resto de la colección de Y griegas que desgajó del relato. Produce una sensación curiosa el contraste entre la pesadez del material contenedor y la ligereza, física y conceptual, del contenido, es decir, de las hojas de papel que parecen flotar una encima de la otra.

El tercer elemento es el más sorprendente, y el que me ha llevado a incluir esta reseña en un blog que está pensado para hablar sobre temas relacionados con la enseñanza. Se trata de una pantalla de vídeo en la que se ve un encadenamiento de rostros adolescentes que enuncian con gran convicción un conjunto de palabras, sin ninguna relación de continuidad. En todos los enunciados está la conjunción Y, que nos devuelve al relato El jardín de los senderos que se bifurcan (http://www.literatura.us.borges/jardin/html) y la aparente sencillez de su sintaxis. Para no distraer al espectador, el vídeo original en color se ha convertido a un suave blanco y negro que atrae sin dificultad la mirada sobre el fundido-encadenado de las caras aún sin consolidar de los alumnos de 4º de la ESO de un instituto público barcelonés que se prestaron al juego que el artista les proponía.

Y ahora viene el quid de la cuestión, el punto en el que, en lugar de bifurcarse, coinciden creativamente el camino de la experiencia personal y el de la expresión artística. Al contrario que Borges, cuya experiencia de la vida es primero libresca (como demuestra este cuento con sus referencias a la historia de China, Alemania, Inglaterra, etc.) y posteriormente la que le procuraba su condición de maestro de las letras argentinas, Faustí parte de un hecho muy íntimo que no tiene pudor en revelar porque constituye la base de su actual experiencia del mundo. Y esta no es otra que la condición de padre.

jueves, 28 de julio de 2011

COMPETENCIAS BÁSICAS o el arte infinitamente fecundo (1)

Los placeres de la mente son incontables. Y, para mí, uno de los más indefinibles y por ello atractivos, es el de la creatividad. En las biografías de artistas, sobre todo fotógrafos, me detengo en ese momento en el que se decide su camino: a veces es una elección fortuita, a veces el desenlace previsible de una afición, otras veces es un salvavidas emocional, vital, o el resultado de una asociación afortunada con alguien que ejerce de mentor, tal vez menos dotado pero no siempre... Ese momento crucial se relata en retrospectiva como una crisis, aunque a mí me parece más acertada la comparación con la metamorfosis de la marisposa y el estado de latencia de su ser final, el que está destinado a ser porque no puede ser algo distinto.

Se dice, tal vez como consuelo o como estímulo, que todos somos creativos y que aplicamos nuestra creatividad en todas las fases de la vida, no solamente en la producción de objetos estéticos. Pero esa creatividad no me resulta interesante porque casi siempre es un parche que aplicamos en nuestras vidas para seguir adelante con ella.

A mí me interesa y me fascina el momento en que se produce la chispa de la creación, es decir, cuando en la mente fecunda una idea que se convertirá en algo que su creador llegará contemplar como algo muy propio y a la vez ajeno.

Me imagino a los científicos conectando electrodos en la cabeza de algunos voluntarios intentando captar las descargas eléctricas que emite el cerebro mientras se encuentra ocupado en tareas unánimente consideradas creativas. Y es posible que lleguen a cartografiar la zona exacta del cerebro donde se produce el primer destello, a trazar su recorrido y sus relaciones neuronales y demás. Pero, al final, estarán tratando de lo inefable, de lo que no puede ser contado ni reproducido sino vivido desde lo más íntimo de uno mismo.

Por eso se repite tantas veces la misma pregunta: "¿Cómo se le ocurrió el tema de su libro/pintura/canción/etc.?", como si el origen de una idea pudiera darnos la respuesta a la pregunta primigenia: "¿Qué somos? ¿Por qué nos comportamos así? ¿De dónde viene todo esto? ¿Para qué sirve?"

CONTINUARÁ




miércoles, 20 de julio de 2011

ESCUELA DE CALOR (1). El inglés de los pobres



Este año me apunté a dos cursos completamente distintos. El primero: Correcció, normativa i ús del català pretendía dotarnos de criterios para corregir textos catalanes actuales. La mayoría de los compañeros son profesores especializados y unos pocos profesionales de instituciones públicas que deben manejarse con textos que exigen un dominio muy elevado de la norma.

Cualquiera que lea esto pensará que el mínimo exigible en un empleado obligado a redactar comunicados y textos formales es tener un dominio absoluto de los registros lingüísticos de su idioma. Es improbable que un hospital (por nombrar una institución universal) inglesa, francesa o italiana contrate a personal para su Gabinete de Prensa que tenga que detenerse a reflexionar sobre el uso de pronombres, preposiciones, gerundios ¡o el ser y el estar! Y que dentro de estas reflexiones uno de los valores fundamentales para utilizarlos sea la consideración de ser más o menos "genuino".

Pero, claro, es que no estamos hablando de cualquier idioma. Estamos hablando del catalán. Una lengua románica que ha sufrido una evolución bifurcada. Por un lado está la lengua natural, la que se ha conservado dentro del núcleo familiar y/o en territorios pequeños donde era la única herramienta de comunicación entre hablantes dejados de la mano de los poderes fácticos y que por eso ha podido conservar una riqueza léxica digna de admiración. Y por otra la lengua académica sistematizada desde finales del XIX con la creación del Diccionari y los posteriores añadidos y mejoras en función de los cambios socioculturales.

La Normalización derivada de la reinstauración de la democracia en España ha implantado el catalán como lengua vehicular en la escuela con el fin de salvarla de la desaparición y de mejorar el dominio de sus hablantes, soñando en generaciones de estudiantes capaces de manejarse perfectamente en las dos lenguas oficiales del Estado.

Pero después de casi un cuarto de siglo de inmersión (si no me equivoco en los cálculos) el resultado de ese programa puede considerarse globalmente un fracaso rotundo. El empobrecimiento lingüístico es manifiesto en castellano y en catalán. ¿Por qué?

Pues, como decía mi madre: entre todos la mataron y ella sola se murió.

No voy a detenerme a examinar cuáles son los fallos del sistema, y cómo se explica que varias generaciones de jóvenes nacidos o criados y escolarizados en Cataluña no tengan un excelente dominio de su idioma. Salvo honrosas excepciones, que más se deben a la influencia familiar o a la automotivación que a la calidad de los currículums escolares, se escribe y se habla mal en castellano, y el catalán es para muchos alumnos de ciudades grandes y medianas una lengua que hay que conocer pero cuyo uso se procura evitar en la medida de lo posible.

Por eso sigue sorprendiéndome el énfasis ingenuo que ponen políticos y docentes en enseñar inglés desde la más tierna infancia, insistiendo en su carácter de herramienta de comunicación global, universal. Por mi experiencia sé que la mayoría de los alumnos que cursan la ESO, -muchos de los cuales abandonarán los estudios sin titularse y otros no llegarán a acabar los ciclos formativos en los que se habrán precipitado hastiados de recibir los mismos conceptos año tras año..., no van a usar el inglés ni para ligar y como mucho van a aprenderse de oído la canción de moda del/la sex-symbol del momento sin entenderla e incapaces de generar frases nuevas a partir de esas mismas palabras.

Y a esos mismos colegas que se sorprenden como si les soltara una boutade que el inglés es para la mayoría de los alumnos una lengua muerta tan útil como el latín les digo que lo que deberían hacer es promover el conocimiento del catalán como la auténtica herramienta de promoción social para la mayoría de los residentes en Cataluña, tanto si son nativos como si no.

En definitiva, un buen dominio del catalán, antes que del inglés o cualquier otra lengua extranjera, es lo que hará que muchos de los jóvenes y no tan jóvenes que ahora se conforman con trabajos mal pagados lleguen a ascender en la escala social e incluso puedan llegar a sustituir en cargos y responsabilidades a aquellos que, por nacimiento o contactos, rigen y dirigen desde siempre la marcha de nuestra comunidad.

domingo, 17 de julio de 2011

"Detenida la mano derecha del magnate" o La metonimia me mata

"La policía británica detiene a la mano derecha de Murdoch por el escándalo de las escuchas". EL PAÍS. Madrid, 17-07-2011.
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Ya sabemos que el lenguaje periodístico se basa en el uso de figuras retóricas como la metáfora y la metonimia ((Del lat. metonymĭa, y este del gr. μετωνυμία). 1. f. Ret. Tropo que consiste en designar algo con el nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa o viceversa, el autor por sus obras, el signo por la cosa significada, etc.; p. ej., las canas por la vejez; leer a Virgilio, por leer las obras de Virgilio; el laurel por la gloria, etc. ), y los lectores se han familiarizado tanto con algunas de ellas que parece que se han convertido en términos que no necesitan más explicaciones y que cualquiera utiliza sin recordar que en cierta manera son "realidades de segunda mano".

Como las noticias suelen remitirse a otras que se presentaron en días previos y que el lector conoce aunque sea someramente, los titulares se remmiten a este conocimiento compartido y se lanzan a redactar buscando la concisión y el impacto en pocas palabras. Así sucede como en este titular, que el lector desprevenido visualiza el contenido de la frase literalmente y se imagina una mano siendo esposada y llevada a comisaria, donde procederá a hacer declaraciones acerca de los asuntos que la han hecho merecer esa pena.

Conclusión: cuidad la partes y no déis por sabido el todo.

miércoles, 6 de julio de 2011

"Comerán y sobrará", o milagros laicos




Nunca había estado en un instituto después de que acabara el curso y la verdad es que genera una sensación intensa de provisionalidad. No se escucha el vocerío juvenil, la pista deportiva está vacía y ¡no hay que pedir la llave para ir al lavabo!


Profesores, directivos y administrativos prosiguen con sus reuniones y trabajos en grupo, que no sólo tienen que ver con la matrícula y la preparación de grupos y programaciones... El mes de julio es también la época en la que se remozan algunas dependencias y a veces hasta se realizan obras importantes.


En éste han eliminado los magníficos departamentos de cada especialidad y los han reducido a dos. ¿Por qué? Al parecer, la matrícula ha crecido de forma notable y se necesitan más aulas. No sólo se debe al aumento de la natalidad de los años noventa, niños que ahora entran en el instituto; también la crisis económica hace que algunas familias prefieran ahorrarse los gastos extras de los colegios concertados o privados y opten por lo público.


Pero como el espacio es el que es y seguramente los demás institutos del municipio deben de estar afrontando la misma situación, no es posible transferir alumnos a otros centros y seguir siendo el instituto tranquilo y de nivel alto que lleva siendo desde hace décadas. Hay que hacer frente a los hechos ¿Cómo acoger a muchos más alumnos de lo habitual en un espacio delimitado y sin posibilidad de ampliarse?


Pues nada, se eliminan departamentos y que se estén más juntitos los profes, que parece que eso les gusta, a tenor de la camaradería que reina en la Sala de profesores. Claro que los hay territoriales y ponen mal gesto cuando una novata como yo se sienta en "su" silla, pero esperemos que la sangre no llegue al río. O que vayan apuntándose a cursillos de educación emocional, que encima "dan puntos".
¿Y los alumnos? Aquí no hay ningún problema: se sube la ratio y problema resuelto. Además, está científica y empíricamente demostrado que a los adolescentes les encanta estar arracimados y "quant més siguem més riurem"... por lo que no es de esperar que haya quejas por parte de ellos cuando se vean 30 en un aula. Si acaso algún progenitor hará notar su desacuerdo en una Carta al Director quejándose de que con esa ratio su hijo no consigue oír bien a la profesora y que las clases de idioma son imposibles o que..., pero, bueno, el derecho al pataleo no se le niega a nadie. Esto es una democracia.

¿Alguien ha preguntado por ahí qué es la ratio? Eso es que no es ni conoce a un profesor. La dichosa palabreja tiene a menudo dolorosas connotaciones para los docentes, pues remite a la cantidad de criaturas con las hormonas desatadas que se encontrará en el aula... y la probabilidad de que impartir clases resulte imposible o heroico.
Porque ¿algún ingenuo había pensado que al aumentar los alumnos, también lo haría proporcionalmente el número de profesores? Si es así, ya puede quitarse la venda de los ojos y comprobar de cerca cómo se traduce el programa de recortes contra la crisis en el sector educativo: a más alumnos, menos profesores.

Por eso, al milagro que están tratando de convocar los principales implicados para dar una solución satisfactoria a las exigencias de la Administración de recortar sin que se resiente la calidad del servicio público, yo le llamo multiplicar los panes por los peces. Vamos, que se trata de hacer que parezca que los recursos no han menguado sino que se han incrementado. Estarán conmigo que, al lado de esto, lo de Jesucristo parece hasta fácil.

sábado, 2 de julio de 2011

TIENES UN E-MAIL



La semana pasada recibí un correo electrónico del Departament d'Educació en el que me anunciaban que, como tenía derecho a un nombramiento en el mes de julio, debía acudir a un instituto del 1 al 7 de julio, además de asistir a los cursos de formación para profesores que ya son habituales para nosotros en este período. Tuve la suerte de que se me adjudicara el último en el que estuve, el Pla Farreras de Sant Cugat, mucho mejor como ambiente y proximidad que el de Sabadell, al que no deseo volver ni en sueños.

Llamé al citado instituto para comunicarle al director la noticia y, al cabo de unos segundos éste me preguntó si la llamada no era una broma. Y es que, realmente es absurdo que vayamos a un centro sólo para cumplir un horario, teniendo en centa que no tenemos nada que hacer: ni el instituto será nuestro siguiente destino, ni se nos adjudican clases ni tareas, ni podemos aprender nada de las reuniones que tienen lugar en los diversos departamentos.

Pero, claro, el Departament piensa que, dado que vamos a cobrar, bien puede exigirnos que "trabajemos" hasta el final de curso oficial. Sí, yo no me opongo, pero ¿por qué no pensaron en crear algunas tareas formativas en lugar de improvisar de cara a la opinión pública, que parece ser su único referente?

Los profesores interinos y sustitutos ya asistimos a cursos de formación las dos primeras semanas de julio, y somos nosotros quienes los escogemos de acuerdo con nuestros gustos y especialidades... Han eliminado los cursos de mañana para que nadie pueda aducir su asistencia y negarse a hacer acto de presencia en un centro, con lo cual nos quitan la posibilidad de hacer uno o dos cursos más de mañana que también podrían ser interesantes y reportarnos más beneficios intelectuales y formativos.

Así que, ayer viernes me levanté temprano (se puede decir que casi no dormí, como me sucede siempre que tengo que madrugar), tomé el tren y me personé en el instituto de Sant Cugat a las nueve en punto de la mañana. La jefa de estudios me recibió con simpatía y me dijo que esperase al director a ver qué podíamos hacer...

La sala de profesores estaba vacía, estuve sola hasta las nueve y media, hora a la que fueron apareciendo a cuentagotas los profesores titulares y contratados hasta el 31 de agosto. La sorpresa de éstos al verme les condujo a la ironía de decir que tenían unos picos y unas palas para que acabásemos las obras del patio que estaban haciendo. Yo sugerí el trabajo en el huertecillo, pues la naturaleza siempre es más generosa que las piedras.

Y así pasó la primera hora: comentando las cuitas de cada cual en las oposiciones, debatiendo la actual situación política, intercambiando datos y referencias de una cosa y otra... Y cuando me pareció que "on no hi ha, no raja", es decir, que o me inventaba yo la tarea o me iba a pasar el rato dando conversación a los colegas, saqué el libro que debo traducir del inglés al español, me coloqué delante de un ordenador y me dispuse a continuar con el trabajo que hubiera hecho en casa, empezando a esa misma hora, porque, como he dicho, no soy amiga de los madrugones.

miércoles, 29 de junio de 2011

LA PRIMAVERA DE NUESTRA INDIGNACIÓN







Llega el final de curso para los profesores (los alumnos recogieron sus notas el 22 de junio) y en los medios de comunicación aparecen las noticias de cada año sobre la Selectividad y la dificultad de sus pruebas (más fácil la de catalán, para que no se diga que los castellanoparlantes están discriminados), los recuentos de aprobados y suspendidos para medir el fracaso escolar, comparando la tasa española con la de "los países de nuestro entorno". Los políticos presentan sus nuevas ideas para el nuevo curso: menos profesores para más alumnos, empezar antes y acabar más tarde, o Donde dije digo digo Diego...


En la calle las protestas de los Indignados concentran la atención de todos. Y el mismo nombre del colectivo remite a un panfleto que, al ser traducido al español desde el original francés, ha hecho despertar a una mayoría que se reconocía en las emociones pero carecía de líneas directrices para plasmarlas. "INDIGNEZ-VOUS" de Stéphane Hassel, un veterano de la Resistencia francesa, incita a los jóvenes a no aceptar la situación, el statu quo que los tiene como seres hedonistas y pasivos y que se rebelen como hizo su generación, la de los abuelos, en los años cuarenta, en momentos muy dramáticos para la Humanidad y que hoy se repiten aunque el enemigo no tenga un rostro definido.


Parece mentira que haya sido la palabra y no la imagen la que haya movilizado a miles y miles de personas en nuestro país. Los españoles somos muy de despotricar y meter todo y a todos en el mismo saco. Eso es bueno para la ira pero poco eficaz como ciudadanos, así que, no está nada mal que las proclamas de un anciano francés tengan su efecto en otro país.


Y lo más llamativo de las grandes manifestaciones y los asentamientos de indignados en las diversas plazas del país ha sido el ingenio verbal desplegado en las pancartas. De nuevo la palabra ha sido la gran protagonista. Se habla del desgaste de la cultura humanista por la apisonadora audiovisual, pero las pancartas demuestran que la palabra es el nexo principal cuando se trata de aglutinarse y luchar por algo que nos importe a todos.


Aun así, me permito cuestionar si en el futuro eso seguirá siendo así, dada la abundancia de "dispositivos móviles", que es como se les llama ahora a los teléfonos con cámara y conexión a internet, al alcance de los jovencísimos que todavía no han afianzado su dominio de la lengua, ni siquiera la materna. Las fotos que ilustran este post pretenden dar prueba de lo fácil que es apropiarse del lenguaje visual y la inseguridad que provoca no dominar la propia lengua.

domingo, 6 de febrero de 2011

ESCUELA DE ADULTOS




Mi actual destino es un centro de adultos en un barrio periférico de Sabadell que ofrece todo un repertorio de opciones a quienes desean acceder a ciclos formativos, a la universidad o sacarse el equivalente del graduado escolar. Una asociación cultural también ofrece cursos variados a los ciudadanos en general, y en nuestro pequeño chalet se imparte catalán para extranjeros, muchos de los cuales después de superar un exament recibirán un certificado que les permitirá obtener ciertos beneficios de índole social y que a mí no me toca analizar.

Además de mis alumnos de ciclos formativos o mayores de 25 años, doy clases de catalán dos veces por semana a un grupo de personas de lo que se denomina "tercera edad", que también reciben lecciones de matemáticas dos veces a la semana. La mayoría son mujeres, casi se puede decir que el 90%, pues apenas hay cuatro hombres y no puede decirse que vengan siempre.

El rasgo característico de todos ellos es la disciplina y la puntualidad, además del interés y el afán de aprender.

Cuando entro en el aula, los encuentro siempre repasando la asignatura anterior, en silencio o comentando en voz baja lo que tengan que decirse. Se muestran receptivos y suplen las carencias formativas con mucha dedicación. No hay duda de que acuden al centro por gusto y por el afán de vencer las propias deficiencias, que se deben, más que a ellos mismos, al momento histórico en el que se criaron y formaron.

Aun sin preguntar, deduzco que la mayoría de ellas son o han sido amas de casa -aparte de la eventual ocupación remunerada-, madres y esposas, es decir, mujeres cuya principal actividad ha sido la vida doméstica. Los hombres presentan el físico del trabajador, es decir, el que ha tenido que dedicar muchas horas a su oficio, tal vez con pocos descansos y mucho esfuerzo. A uno de ellos le falta un dedo, otro tiene unas manos enormes, deduzco que en ambos casos se trata de oficios en los que el buen uso de las manos, la destreza, era muy importante.

En general tienen una caligrafía esmerada, como la de aquellos que aprendieron en una época en la que se valoraba más las formas que la individualidad, con esos picos y enlaces que recuerda la escritura con pluma. No sé si por la edad, aunque sospecho que es por la falta de costumbre, casi nunca es una escritura rápida: las letras se engarzan unas con otras con esmero, como quien todavía está tratando de dominar el útil de escritura.

Al principio me sorprendió que el principal escollo para ellos no fuera entender el contenido teórico de la lengua, ya que, al fin y al cabo, hace un cuarto de siglo que el catalán está estandarizado y constituye su marco de comunicación cotidiano, aunque sea de manera pasiva. Su principal obstáculo es comprender las instrucciones del libro, relacionar un ejercicio con el precedente, la información no se visualiza bien, las secuencias de imágenes se interpretan con dificultad. De hecho, su libro de texto está destinado a niños que saben leer pero ignoran el catalán. Todas las preguntas están pensadas para cerebros de primaria. Sin embargo, el de ellos no funciona igual que el de un niño del siglo XXI. No se trata de fallos de memoria ni de entender los contenidos, como he dicho antes, sino de aplicarlos en un marco que se sale de su propia experiencia.

Falla el pensamiento abstracto: un árbol genealógico es un rompecabezas sin solución para la mayoría de ellos; una sopa de letras un caos de signos sin relación alguna entre sí. Unos nombres de pila extranjeros resultan indistinguibles entre sí. ¿Qué pasa? Por lo poco que he visto, que desconocen las reglas del juego y que no saben hacer rutas mentales de ida y vuelta. Alguna hubo que se enfadó por no poder completar el dichoso árbol genealógico, a pesar de que la información se repetía muchas veces. ¿Fue por eso?

En cualquier caso, se trata de un grupo de edad muy gratificante. Por la actitud hacia el conocimiento, el respeto por quien imparte las clases, la sencillez con la que se entregan al juego de aprender... Tal vez juega a su favor el no tener ningún tipo de expectativa futura, se trata más de un reto personal que una lucha para "labrarse un porvenir".

¡Qué diferencia con los alumnos más jóvenes del mismo centro! Esos que vienen con la intención de sacarse un examen para el cual los puntos que se les conceden por la mera presencia son más valiosos que la posibilidad de aprender. Los mismos, y las mismas, que aprovechan los cinco minutos de pausa entre clases y clase para ausentarse fuera del recinto y fumar, sobrepasando en cinco o diez los cinco minutos de cortesía; los que preguntan por la hoja de firmas cuando todavía queda un cuarto de hora para terminar; los que quieren que se les ofrezca todas las respuestas posibles para un examen e incluso todas las respuestas que ellos podrían querer contestar; los mismos que se sientan al final del aula, formando ristras de tres o cuatro colegas, y se pasan la sesión hablando de sus cosas, contestando a los sms, dando conversación a otro colega; o sencillamente durmiendo. Por si esto no fuera suficiente, también son estos los que impiden a los que sí van para prepararse, robando horas a su tiempo de descanso o de familia, el poder concentrarse o subir de nivel.

Cuando trabajaba en un instituto tenía el recurso punitivo de la nota en la agenda, el castigo sin recreo, la expulsión de clase e incluso del centro durante unos días. Pero, aquí, ¿qué se puede hacer aparte de invitarles a que no vuelvan?

Por todas estas diferencias, incluyo las fotografías de estos agradecidos alumnos que nos hacen entrar y salir del aula con una sonrisa en la boca.