jueves, 1 de noviembre de 2012

NO POR MUCHO MADRUGAR ...

http://www.lavanguardia.com/vida/20121014/54353034765/expertos-piden-retrasar-hora-mejorar-conciliacion-productividad.html





Bueno, pues por fin algún experto está de acuerdo conmigo: el horario español es un asco. Nos levantamos engañados, la mayoría entre las 6.30 y las 8.00 como si fuera una hora razonable. Pero resulta que con el horario de verano son dos horas antes, y con el de invierno "sólo" una. Así que, esta menda se levanta de lunes a miércoles a las 4.10 hora solar y jueves y viernes a las 5.10 para poder llegar a su trabajo, fuera de Barcelona, puntualmente a las ocho o las nueve de la mañana. Aunque tendría que decir, y sin exagerar, de la madrugada, porque cuando salgo es oscuro, pero oscuro como si fueran... las cuatro de la madrugada. ¡Porque son las cuatro de la madrugada!

Después es tópico mundial los extravagantes horarios de los españoles: que si comemos a las dos y cenamos a las diez, cuando la realidad es que son las doce del mediodía y las nada escandalosas ocho de la noche del horario solar.

Como muestra de que el prejuicio sobre la escasa laboriosidad de los españoles lo tenemos interiorizado como si fuera un dogma de fe, explicaré una anécdota extraída de la prensa: El curso pasado, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, fue de viaje oficial a los Estados Unidos y mantuvo una cita con el alcalde de Nueva York o alguna personalidad de esa relevancia. Los diarios no se olvidaron de citar que la cita fue ¡a las 7 de la mañana! incidiendo con ello en la laboriosidad de los anglosajones. Lo que no dicen es que, comparados con nosotros, su horario es propio de haraganes. ¡Ya me gustaría a mí verlos en clase o en el trabajo a las seis de la mañana!

El siguiente tópico es que este horario tan desfasado nos hace poco productivos porque permanecemos en el trabajo de sol a sol. ¡Si es que aún nos acusarán de haberlo decidido colectivamente para poder echar una siesta!

¿Quién fue el genio que lo decidió? Al parecer todo es culpa de Franco, el dictador, que nos puso ese horario para agradecer a la Alemania de Hitler su ayuda para ganar su guerra incivil. Pues ya se le podría haber ocurrido a ese maestro de la perfidia política otra manera de obsequiar a su colega que no implicara cargarse el bienestar físico y mental de una buena parte de los españoles durante tres generaciones.

Así, durante casi setenta años se nos ha mantenido engañados sobre la bondad de esa medida argumentando que el país ahorraba millones de horas en consumo eléctrico porque íbamos al compás del sol. ¡Pues si es para ahorrar energía eléctrica que dejen de emitir las radios y televisiones a las once de la noche! ¡Que se prohiban los pubs y discotecas, los after-hours, las sesiones golfas de los cines, las terrazas de los bares que arruinan el sueño de cientos de miles de personas los fines de semana que a día de hoy ya son de tres noches, por no hablar de las verbenas y las fiestas de barrio que se suceden de semana en semana a lo largo de todo el verano!

Mi reloj biológico no puede con este horario. Cuando tengo que madrugar, y me obligo a ir a la cama como muy tarde a las once y media, me paso la noche en duermevela, en el mejor de los casos, o tratando de dormir en el peor... Luego suena el reloj y, dosificando al máximo el tiempo dedicado a cada uno de mis actos, salgo para tomar el metro y el tren de Cercanías que me conducirá a mi destino laboral.

En el transporte público comparto espacio con gente tan abotargada como yo que intenta prolongar su descanso nocturno manteniendo los ojos cerrados pero sin dejar de prestar atención a los avisos de las estaciones. A veces observo a mis conciudadanos y me pregunto si habrán sido razonables yendo a la cama a una hora que les permitiera dormir al menos seis horas y media. O si se habrán entretenido con un programa de televisión o una búsqueda en Internet que les ayudó a olvidar que al día siguiente tenían que darse un madrugón, letal para su organismo y ¡acabáramos! irrelevante cuando no negativo para el balance económico de la patria que nos impone el sacrificio.

Luego, en el aula, suelo encontrar adolescentes más silenciosos de lo habitual porque su organismo aún no se ha despertado del todo, una pequeña ventaja sobre ellos que me permite dar la clase con cierta comodidad. Según pasen las horas sufriré el espectáculo de los bostezos indisimulados o los gestos de desperezamiento que me obligan a recordar a más de uno que en el instituto hay que "mantener la compostura" y que yo también tengo sueño y no por eso me pongo a desperezarme delante de ellos ni a bostezar como si hubiera pasado una noche loca.

Pero tanto en el trimestre de otoño como en el de primavera siempre hay uno que hace alarde de quedarse dormido, apoyando la cabeza en el pupitre y cerrando los ojos, como si el hecho de mantenerlos cerrados lo fuera a hacer invisible. Es el lamentable prototipo del aspirante a "fracasado escolar", el que hace perder tiempo a los compañeros de aula y a los profesores del equipo docente que, como él, no vislumbran más futuro que pasar de los quince a los dieciséis años para que abandone ese centro y sea dueño de su tiempo.

En el fondo, esa "oveja negra" que se reproduce en todos los rebaños educativos que he tenido ocasión de pastorear no es sino el reflejo del descontento que en el fondo todos compartimos con mayor o menor franqueza por tener que vivir bajo unas normas que no hemos podido decidir ni podemos deshacer.

jueves, 30 de agosto de 2012

OCURRENCIAS DE UNA FASCISTA SIMPÁTICA

"Aguirre quiere que los profesores vigilen a los niños en horario de comida para no cobrar por el 'tupper'"  (The Huffington Post, 27/8/2012)

Licenciada polivalente adaptada a los nuevos tiempos

Si no fuera porque la presidenta de la Comunidad de Madrid "nunca da una puntada sin hilo" (expresión figurada del rico acerbo de la lengua castellana), los lectores de esta noticia podrían pensar que la excelentísima señora ha encontrado la piedra filosofal del ahorro. Siendo un personaje característico de lo más detestable que ha generado el posfranquismo, esto es el "fascista simpático" que no se cansa de generar propuestas demagógicas a cual más populista, sus ideas y proclamas no consiguen ocultar su desdén y menosprecio hacia los trabajadores, hacia todas aquellas personas que se ganan el jornal con esfuerzo (y muchas veces con años de formación y experiencia) y consiguen que cada uno de nosotros podamos llevar a cabo nuestras tareas cotidianas de acuerdo a lo que se espera de nosotros. Si el país no se detiene es porque el 99% cumplimos con nuestras obligaciones, comprometidos y solidarios aun sin saberlo con el resto de nuestros conciudadanos. Mientras, los privilegiados del 1% siguen haciendo gala de su caprichosa voluntad a la hora de asumir la responsabilidad que se les asignó con el voto, cuando no se revelan corruptos y carentes de empatía por las dificultades materiales que ellos mismos han infligido a muchos españoles.

En lugar de pensar en el bien común, se jactan de su condición privilegiada y esgrimen una visión darwinista de la vida, como si su lugar en la sociedad fuera el resultado de un esfuerzo recompensado y no, como cualquiera puede descubrir leyendo sus biografías, una derivación de una inteligencia social programada desde la cuna para elevarse sobre los demás a base de componendas y golpes bajos.

Considerar que un profesor, es decir, un licenciado con una especialidad y unos cursos de formación en didáctica y pedagogía, está obligado a hacer de monitor de comedor para que la comunidad autónoma de turno se ahorre unos euros del contrato de cátering no es una manifestación de ignorancia sino de maldad, una acitud despectiva que persigue laminar la dignidad consustancial  a la tarea docente, una tarea que se ha ido degradando desde muchos frentes y que casi nunca ha contado con el apoyo de las instituciones educativas, sobre todo cuando éstas han caído en manos de la derecha, que no puede entender el binomio "educación pública = educación de calidad".

Son muchos los sociólogos, politólogos y filósofos que alertan de la peligrosa situación en la que nos encontramos, y que no concierne únicamente a los servicios públicos, sino al conjunto de derechos y deberes duramente conquistados tras años, décadas y siglos de sacrificios de las anteriores generaciones. No puede ser que la conmoción, la incredulidad o el estupor nos hagan dudar acerca de la necesaria movilización. No nos estamos jugando el futuro de las próximas generaciones sino nuestro presente.
NOSOTROS SOMOS MÁS, PERO ELLOS TIENEN EL PODER

miércoles, 11 de julio de 2012

HEROÍSMO O EXCELENCIA (1)

El curso se termina con un claustro de todos los profesores en el que se debaten y votan propuestas para el siguiente curso. La polémica está servida.

Educación defiende que el impacto de sus medidas de ahorro en la calidad será “escaso o nulo”
(http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/04/17/vidayartes/1334691739_723298.html)

La educación de los adolescentes requiere mucha creatividad. Las materias impartidas en todo el orbe occidental derivan, como todo el mundo sabe, del trivium y el quadrivium latino, añadiéndose la educación física sólo desde el siglo XX, cuando se introdujo en las sociedades industriales la noción de higiene física y mental para que el trabajador no sucumbiera tan fácilmente a las penurias del trabajo en las fábricas y a los estragos de un ocio mal encauzado que solía estar representado por las tabernas y los lupanares. En resumen, se trataba de inculcar al habitante de las ciudades las bondades que para su organismo y vida futura cargaba ese lema latino que todos hemos citado alguna vez: mens sana in corpore sano.

Los contenidos de las materias, que actualmente se conocen como el curriculum, llegan a los libros de textos dictadas desde las altas esferas de los departamentos de Educación estatales, se supone que elaboradas por los profesionales más expertos en su campo. Las últimas leyes educativas ponen un énfasis especial en la pedagogía más que en los saberes, pues se considera que cualquier muchacho tiene hoy a su alcance todo el saber que la humanidad ha conseguido acumular a lo largo de los siglos en lo que se ha dado en decir "en un golpe de clic". Sin embargo, como ese saber accesible lo es de forma desordenada (o según el orden que crean los logaritmos de indexación Google), el joven educando necesita asimilar unos criterios para discernir qué saberes son fiables y convenientes para su nivel de formación. Ahí es donde el profesor parece ser, por fin, imprescindible.

La introducción de las tecnologías de la información (TIC) en las aulas no ha sido la revolución pedagógica que se auguraba, principalmente porque ésta depende, primero, de la asignación de recursos a cada centro y, después, de la economía de las familias para financiar el famoso ordenador personal que tan feliz hacía al hoy expresidente Zapatero cuando se llenaba la boca prometiendo uno para cada alumno, y, por supuesto, los libros digitales que sustituirían a los de papel. Sí ha sido interesante que cada aula dispusiera de un proyector para introducir los recursos digitales, de modo que todos los estudiantes están concentrados en el mismo asunto y el profesor puede centrar el interés en un aspecto concreto de la materia, que resulta más atractivo cuando se combinan los elementos visuales y auditivos y exigen una participación activa del alumno.
Es un tópico decir que muchos profesores no aplican las TIC en el aula porque desconocen el manejo de los programas informáticos más comunes y son reacios a desprenderse de la aureola del magister que reina en el aula cuando noquea a la concurrencia con la erudición de sus lecciones magistrales. También se dice que son muchas veces los alumnos quienes tienen que enseñar a los profesores el funcionamiento de las herramientas informáticas y que por ahí el docente pierde mucha de su autoridad intelectual y, por tanto, ascendente moral sobre sus pupilos.


Todo eso es una completa memez.

Nunca he estado en un instituto en el que el alumno supiera más que un profesor. En ninguna materia. Otra cosa es vérselas con un proyector o una pizarra digital que uno no sabe cómo conectar, apagar o regular. Lógicamente, antes de molestar a un compañero profesor se recurre a los alumnos, casi siempre duchos en el arte de toquetear herramientas cuya reparación no van a sufragar si, llegado el caso, las estropean o rompen por su torpeza o brutalidad.
Personalmente, considero un gran avance la introducción de las TIC en la enseñanza porque la ha hecho más amena, variada, rica, plural y motivadora. Y el súmmum es en la enseñanza de lenguas, donde el profesor puede utilizar  recursos que antes costaba mucho adquirir o conseguir, desde un texto literario o periodístico, una canción, un fragmento de película o una realización audiovisual o radiofónica. Hoy día todo esto es accesible desde el ordenador.

Por supuesto, la calidad de los contenidos es heterogénea y una buena programación depende de la selección realizada por los responsables de cada nivel: desde los redactores de los libros, a la jefa de departamento que elige un libro de texto y el profesor que lo enriquece con materiales adicionales. Que los alumnos tengan más ganas de estudiar o trabajar no depende del libro, pero es cierto que sin ellos resulta más comprometido trabajar con determinados grupos de edad.

Este año ha habido un buen lío con el programa 1:1, es decir, la introducción del libro digital en el aula. Para muchos, un fracaso porque se ha hecho de manera precipitada y, como es habitual, la conexión a Internet no ha sido siempre fiable, por no hablar de las veces en las que los alumnos se pasaban a Facebook u otros programas más de su gusto. En mi caso, he recurrido a las TIC para presentar mis propios Power Point con temas de gramática en los que ejemplificaba el ejercicio que les iba a pedir que repitieran. Por supuesto, he encontrado un gran aliado en http://www.francaisfacile.com/, que gusta mucho a los alumnos por su fácil comprensión, así como en la famosa y nunca bien ponderada Carmen Vera y su enlace sobre la canción francófona: http://platea.pntic.mec.es/cvera/hotpot/chansons/. Por supuesto, también ha habido fotocopias de ejercicios clásicos y tipo test, lecturas en voz alta repitiendo lo que dice la profesora, además de algún que otro Youtube, numerosas audiciones para la comprensión oral y una o dos películas por grupo.

En conjunto, los alumnos han gozado de todos los medios a nuestra disposición para ampliar sus conocimientos de francés. Al final, la diferencia de resultados entre unos u otros se debe, sin duda, a la prioridad acordada a la asignatura, a los hábitos de estudio, a la autoestima que se han ido forjando a lo largo de los años en relación con su coeficiente intelectual, a la dinámica de grupo, a la política docente del centro y, en última instancia, a la relación personal que establecen con el profesor de cada materia.
De todos estos puntos, y me dejo por señalar otros tan importante como el refuerzo familiar, los recursos del centro y su entorno socioeconómico,... dos me parecen fundamentales: el de la autoestima personal y el papel del equipo docente.
Por eso se me ha ocurrido titular este post HEROÍSMO O EXCELENCIA.


domingo, 17 de junio de 2012

Funcionarios: ¡A POR ELLOS!

http://economia.elpais.com/economia/2012/06/15/actualidad/1339773152_986213.html
El FMI pide a Rajoy que suba ya el IVA y baje los sueldos a los funcionarios

El pasado jueves se notaba una emoción especial en el instituto. En el vestíbulo aparecían unas reproducciones en cartón de la figura de Tintín y Milou, muy bien recortadas aunque una observación atenta revelaba que el perro era proporcionalmente mucho mayor que el famoso periodista belga. Pero la observación atenta no es, por suerte para este caso, el rasgo más destacado de los usuarios del instituto en el que trabajo (otro día entraré en detalles).
Además de los recortables, había una colección de pósters en color azul, amarillo y blanco en tamaño Din A3 (la "cosa" no da para más) que avanzaban el evento: ELS CATARRES iban a visitar nuestro instituto.
¿ELS CATARRES? ¿Y quiénes son esos? Me lo preguntaba yo igual que muchos otros. Pues resulta que son el grupo musical que ha hecho furor en Cataluña con una letrilla que revela la existencia de dos Cataluñas en la Cataluña que pensaba tener resuelta la integración de los denostados "charnegos" de los años cincuenta a setenta gracias, supuestamente, al efecto benefactor del tiempo y de la inmersión lingüística en catalán.

El leitmotiv de la cancioncilla "Oh, Jenifer, me tunearé el coche por ti" habla de un auténtico sacrificio por amor, un amor prohibido que se desarrollará en discotecas del Baix Llobregat y no en la Cataluña profunda que tanto hace (y deshace) para que la integración deje de ser un tema candente.
Sin embargo, la visita no tenía nada que ver con las Jenifers y los Jordis sino con su otro éxito: Tintín, en el que rompen con el tópico de las canciones de amor: no puedo vivir sin tú, me arrodillo ante ti, etc. No, los Catarres han aprendido a vivir sin el objeto de su amor, "Soy Un Tintín sin su Milú; no tengo a nadie que me salve el culo, y a fuerza de ir levantándome he aprendido a vivir sin ti." ¡Chúpate ésa, marquesa! ¡Por fin el trovador se libera de la dama!
Remei, la profesora del Aula d'acollida, o sea ese limbo educativo al que van a parar los niños recién llegados (nouvinguts, en catalán) de cualquier parte del planeta que ignoran que en Cataluña se habla en catalán, ideó un videoclip en el que sus recién catalanizados alumnos versionarían la canción de los Catarres. Para llevar a cabo la puesta en práctica del ejercicio de inmersión contó con la ayuda del profesor de música, Bernat, un sustituto valenciano con más moral que el alcoyano pues a éste no se le ocurrió, ni más ni menos, que incluir a los alumnos de 1º de la ESO en tan meritorio proyecto.

Sí, he dicho 1º de la ESO, un conjunto de criaturas mayormente sin civilizar cuya ausencia del instituto (¡qué buenos son los profesores que se los llevan de excursión!) la nota uno en el cuerpo porque el sonido ambiental baja a un nivel que la OMS ya puede considerar adecuado para la salud humana. Entre clase y clase son esas criaturas que se hablan a voces, se lanzan unos encima de otros o reciben bofetadas o insultos por parte de las chicas (curiosamente, ellas se besan muchísimo, se hacen trenzas mutuamente en medio de la clase y se llaman cariño). Algunos te llegan contusionados de la media hora de patio porque se han saludado a empellones y, claro, hay que llamar a quienquiera que se encuentre al otro lado del teléfono y escuchar de la madre afectada: "¡Pues vaya instituto que no tiene a ningún profesor vigilando!", y una, que como no es funcionaria ni tutora y por tanto no va a verse las caras con ese macro-arquetipo de madre suburbial, le suelta: "Señora, parece mentira que no sepa que todos los niños son unos bestias y que andan todo el día a golpes y, que, además nosotros no tenemos que educarlos: tienen que venir educados de casa." Y dentro de clase, son esas criaturas que cuando me toca hacerles una guardia, se me gasta la voz, acabo echando a cuatro o cinco de la clase y si la clase es la mía, por suerte un desdoblamiento en el que sólo hay doce o catorce, directamente la empiezo echándolos de tres en tres, quedándome con cinco en total, o arrepintiéndome de no haberlos echado de tres en tres desde el principio de clase, como me piden los que sí están algo civilizados, y son conscientes de que, por mera ósmosis, corren el peligro de perder esa capa de autocontrol que seguramente incorporaron en un colegio concertado.

Bien, pues ese material humano fue el que se prestó a obedecer las órdenes de la Remei y el Bernat y repetir cuantas veces se les pidiera las tomas que contiene el vídeoclip. La realización se ve condicionada por lo vetusto de la tecnología, incluidos los saltos en los giros del trípode, pero, bueno, así empezó Méliès y hoy lo veneramos.

Como suele pasar con los vídeoclips, y tal vez en el futuro surjan doctorandos que lo expliquen  aludiendo al desfase entre superestructura (las ideas) e infraestructura (la tecnología),  lo que cuenta la historia tiene poco o nada que ver con la canción. En éste se ve a un grupo de chavales en completo silencio en la biblioteca de un centro escolar (espacio que se reconoce por ese inconfundible color verde que sólo se encuentra en los pupitres españoles). Al cabo de cincuenta minutos (según reza el rótulo), todos dejan la lectura, se levantan en silencio y, sin aspavientos, van devolviendo sus libros a los estantes y abandonan la sala en orden y sin intercambiar palabra.  Absorto en un álbum de Tintín se queda un rubio con aspecto de futuro guardián de discoteca, que es el que da paso a la coreografía planeada por Remei y Bernat, en la que todos esos chavalillos y chavalillas se mueven al ritmo que marca la música, lo que no quiere decir que bien ni coordinados.

Bien, pues este esfuerzo de semanas se resume en unos cinco minutos que, como se ve en las fotografías, hizo las delicias de los augustos invitados. Y aun no siendo una semióloga, sí logra leer en las expresiones de los tres cantantes una enternecida y halagada satisfacción.

Por mi parte, me ha quedado claro que el videoclip no puede adscribirse al estilo verista (aunque al final de la secuencia de la biblioteca un chaval se sube los pantalones al tiempo que camina y eso es un hallazgo interpretativo que ni el mejor Robert de Niro habría sabido improvisar) y que todo él demuestra que la constancia es una virtud que aún no han perdido muchos docentes, y si el Vaticano quiere recuperar la credibilidad y ponerse al compás de los tiempos, no dejará de hacerse eco de este milagro y guardar un hueco en el santoral para cuando dentro de muchísimos años estos colegas de la pública lleguen al Aula de Acogida que seguramente tendrá en su cielo ese al que se conoce como el auténtico Creador. (Aquí, tal vez el Vaticano demandaría el making-off como prueba de que no se torturó a ningún menor, pero comprenderán que, si el equipo hubiera dispuesto de dos cámaras, no iba a utilizar una de ellas para ponerse en evidencia con los métodos de coerción empleados para conseguir que los de 1º de la ESO no acabaran matándose por ser el protagonista.)

sábado, 9 de junio de 2012


"Enseñanza no pagará el mes de julio a 1.721 profesores sustitutos" - El País, 7-06-2012



(Vídeo de la manifestación que tuvo lugar en Ripollet el jueves de la semana pasada y que reunió a una cantidad impresionante de personas)

Por si no fuera poco los recortes en el salario, en el IRPF, en el Fondo Social, y en la paga de junio, ahora los sustitutos no cobraremos el mes de julio, el que empleamos en acudir a cursos (pagados de nuestros bolsillos) para ponernos al día en alguna metodología que podamos aplicar en el aula para que el "oficio de enseñar" resulta un poco más gratificante cuando uno tiene delante a una mayoría de adolescentes con poco o nulo interés en aprender. Lo habitual es no cobrar el mes de agosto, pero si uno había sumado entre 6 y 9 meses de sustitución podía acceder a un "nombramiento" para ese mes, y ya no resultaba tan duro pasar el verano sin ingresos. Además, el curso que viene no se nos pagará la media hora de patio (que no me venga nadie a preguntar algo del trabajo porque no pienso responder ya que no estaré trabajando), ni las horas de guardia (¡ojalá no estén entre horas y me pueda ir antes a clase!) ni las tutorías (este año, por suerte, no he tenido). En mi caso, siempre he procurado ahorrar teniendo en cuenta esas variables, y he alternado mi labor docente con alguna traducción para poder sobrellevar la época de vacas flacas. Y yo podría entender esa norma de no pagar el mes de julio y dejarme en la calle libre y librada a  mi santa voluntad, si detrás no hubiera un ejercicio de desmantelamiento de todos los servicios públicos que son necesarios para mantener la cohesión social mientras se mantienen subvenciones a la escuela privada y concertada, sea religiosa o no.

Es cierto que la educación pública obligatoria deja mucho que desear y que el nivel de fracaso escolar es elevado. Se han esgrimido miles de causas para justificarlo o buscarle atenuantes, pero estaremos de acuerdo en que no será solamente la falta del sistema educativo: la sociedad en la que vivimos ahora está orientada al consumismo, al agotamiento de las experiencias y las vivencias sin apenas degustarlas, asimilarlas o entenderlas. Hay que tener a los jóvenes estabulados para que los padres, que suelen hacer jornadas laborales partidas, no se quejen de que no saben qué hacer con las criaturas mientras ellos trabajan, considerando que hoy día muchos abuelos también siguen activos laboralmente, o no viven en la misma población, y no pueden hacerse cargo de ellos.

Siguiendo el ejemplo de "otros países de nuestro entorno", recientemente se ha planteado la instauración de la jornada intensiva en la Secundaria, a petición de muchos profesores funcionarios, aunque yo no estoy de acuerdo con ella, sencillamente porque no me gusta madrugar y prefiero ir a trabajar dos tardes y evitar tener que levantarme a las seis y media de la mañana y estar maldurmiendo todas las noches. Creo que esa petición de los funcionarios sería buena para los alumnos si estos dedicaran las tardes a estudiar, pero como no lo hacen (así lo demuestran los testimonios de mis alumnos de 1º de Bachillerato, que hacen un recuento exhaustivo de las actividades extraescolares que les impiden dedicarse plenamente al estudio y al descanso) y la Administración exige a los centros que organice actividades para aquellos pupilos cuyos padres no pueden atenderlos, actividades en las que tendrían que estar implicados los docentes, aunque no consistan en impartir clases, está claro que es un berenjenal en el que muchos quieren meterse sin valorar sus muchos inconvenientes.

Pero algo que yo sí discuto es el hecho de que los docentes sean funcionarios, porque eso hace que el perfil de sus miembros sea casi siempre idéntico: personas con poco afán de cambio, que tienen en la estabilidad su principal valor en la vida, una estabilidad que luego les puede permitir planificar una familia, la compra de una vivienda, la organización de unas vacaciones y demás, pero que también conlleva un cierto inmovilismo a la hora de aceptar propuestas que podrían dinamizar la práctica docente y hacerla menos previsible, menos sometida a la presencia del profesor.


Pero, bueno, de eso ya hablaremos otro día.

domingo, 13 de mayo de 2012

LA SÍNTESIS IMPOSIBLE




Han pasado muchos días sin que me acercara al blog, y no porque no tuviera cosas que decir sino por lo cansada que estaba de la actividad docente. En marzo hubo un intercambio con Montpellier (ya le dedicaré alguna entrada) y luego pasaron las vacaciones y de nuevo nos encontramos con los franceses en nuestro instituto. Fue un constante ir y venir, además de proseguir con mis clases, de rellenar los huecos con actividades y deberes que teóricamente debían hacer cumplir los profesores de guardia (también eso merece una entrada) y después recuperar el tiempo perdido acelerando en la marcha del curso.
Como está claro que esta sustitución se ha convertido en un interinaje, asumo la responsabilidad de todo el curso y la constante crítica de muchas alumnas (son mayoría) cuando el curso, que debería ser una "maría", se vuelve tan exigente como cualquier otra asignatura. Mi respuesta es siempre la misma: "A mí me pagan igual que a los otros profesores, así que se supone que tengo que trabajar lo mismo que todos."
Lo cierto es que estoy harta de tener que luchar por hacer bien mi trabajo y quedarme sólo en el intento. La infantilización generalizada hace que los adolescentes consideren un derecho mantenerse en la ignorancia. Una hubo el lunes pasado que así lo dijo: que estaba contenta con su ausencia de conocimientos. Tal vez peco de exceso de responsabilidad, pero al final no se trata sólo de que ellos sean más o menos ignorantes o estén peor o mejor formados. El problema es que esas personas que de jóvenes rechazan el esfuerzo intelectual, también lo harán cuando sean adultos y puedan disponer de sí mismos para configurar su conciencia según su propio criterio. Este tipo de personas luego no sólo no son buenos ciudadanos, sino que también son individuos proclives a dejarse llevar por sus instintos, por sus deseos más primarios y que reaccionan temperamentalmente a las frustraciones, rechazando su responsabilidad en todo aquello que no sale como esperaban.
La incapacidad para llegar a gestionar correctamente sus emociones, instintos e ideas para alcanzar un equilibrio y una serenidad medianos, tampoco pido que se conviertan en gurus, los convierte en bombas de explosión retardada, esa gente que luego pide "mano dura" al que manda, una mano dura que les da seguridad porque les marca el camino y crea una realidad en que las cosas aparentan seguir una dinámica natural, previsible. Todo con tal de no pensar, de no esforzarse, de no crear.
Lamentablemente, las minorías responsables no pueden contrarrestar el caos que siembran esos otros sujetos, que acaban siendo la carne de cañón de cada época. O, buscando un paralelismo con las nuevas armas del terror actual, son los kamikazes del sistema educativo, que no conformarse con inmolarse ellos, pretenden arrastrar consigo aquello que no les gusta, los limita, los anula...
No es raro tampoco que algunos de estos, en el caso de los varones, sean los "seguratas" que atizan a la mínima en las puertas de las discotecas o en los andenes de las estaciones de cercanías, o los sociópatas que llevan un país a la ruina con sus tejemanejes financieros o sus corruptelas de baja pero constante intensidad.
O serán esas mujeres que se empachan de telerrealidad y se diseñan física y mentalmente de acuerdo con los estereotipos que la sociedad de consumo ha creado para ellas: vulgares, vocingleras, pseudoliberadas... y perfectamente depiladas.





viernes, 24 de febrero de 2012

LA FOTOGRAFÍA CAMBIARÁ TU VIDA




El curso pasado empezó antes y a cambio se les ofreció a los profesores una semana de vacaciones allí donde siempre se intercalaba una semana de viajes para los alumnos. Las agencias de viajes se congratulaban porque tenían a los funcionarios docentes como buenos clientes, ya que no estaban sujetos a bajas en sus salarios, aunque luego se introdujera el 5%. Naturalmente, los padres se quejaron de que no tenían dónde "colocar" a los hijos, ya que en este mundo capitalista, adultos y niños suelen estar bien localizables en sus diferentes aparcamientos sociales, llámese trabajo remunerado, llámese enseñanza obligatoria. Lo cierto es que muchos colegas sí salieron de vacaciones con gastos de hotel incluidos, y yo misma pasé la semana de marras en Mallorca, pelándome de frío dentro y fuera de la casa de mi amiga Magda, dedicada a traducir y a hacer una cierta terapia corporal que me hacía mucha falta.

Con CiU en el Govern, y su consabido odio a los funcionarios y a todo lo que sea estatal, salvo el dinero que ellos se embolsan y manejan a discreción para sus infinidad de fundaciones, empresas afines y cargos situados a dedo, la ofensa que suponía el cierre de centros para las familias, que veían cómo sus profesores se ganaban una semana libre, ya se sabe ¡esos vagos!, mientras ellos seguían en el tajo, cortaron radicalmente la iniciativa del Tripartit, ¡esa anomalía histórica!, sin devolver en contrapartida el inicio de las clases a su fecha habitual, con la consabida precipitación en la organización de grupos, asignación de interinos y demás detalles que sólo conoce el que está dentro de un centro docente.
Pues, bien, este año se ha anulado la semana blanca como vacacional para los profesores, que no para los alumnos, muchos de los cuales han salido de viaje al extranjero o de colonias, con el consabido gasto para los padres; un gasto, hay que apuntar, seguramente muy superior al que tuvieron que hacer el año anterior, con los presuntos gastos para tener entretenida a la muchachada mientras los padres trabajaban. Pero, en fin, la contradicción es la norma en la dialéctica sociedad/trabajadores públicos.

En el instituto de Ripollet la salida lúdico-educativa concernía sólo a los alumnos de 2º, 4º de ESO y 1º de Bachillerato. A pesar de mi ilusión por conocer Berlín, llegué tarde para postularme como acompañante de los alumnos de bachillerato, así que tuve que proseguir con mis clases habituales y entretener a los que, por diversas razones, incluidas las económicas, no salían de viaje. Pero, como yo tenía en mente que una semana cultural significa cambiar de contenidos, idée un plan para introducir la fotografía en las aulas.

Ya en mis presentaciones de Power Point para tratar algunos temas gramaticales utilizo algunas de mis fotografías, una forma de hacer más interesantes las clases ya que los alumnos son chafarderos por definición y por condición cronológica y siempre quieren saber qué vida lleva una fuera de las aulas.

Esta vez no podía dejar de inculcarles que la fotografía fue una invención francesa y que la llamada "fotografía de calle" tiene entre los galos a artistas superiores que amplían nuestra empatía con el resto de la humanidad, además de hacernos más cultos con las imágenes de los acontecimientos históricos que han jalonado nuestra historia.

Empécé presentando algunas fotografías de Robert Doisneau y autores afines y luego les di algunos principios elementales sobre el arte de captar el instante. Seguidamente, algunos con sus propias cámaras y la mayoría con mi Canon G11, salimos al patio y bajo un sol por fin cálido y radiante nos pusimos al servicio de la creatividad visual.

El grupo de 3º de ESO demostró estar muy cohesionado, presentando bastantes ejemplos de creatividad conceptual muy interesantes, a pesar de carecer de conocimientos técnicos. Como adolescentes que son, trabajaron muy bien ideas relacionadas con la presencia corporal y la interrelación de unas compañeras con otras (porque, hay que decirlo, sólo hay un varón en el grupo). Las fotografías tomadas con móviles o Iphones tienen el inconveniente de no poder regular los controles, con lo que la máxima creatividad se imponía en el encuadre, ya que no en la iluminación o la profundidad de campo. Por cierto, las fotos que hice yo desde el Iphone se distinguen porque en todas ellas sale mi dedo.

Más tontorrones se manifestaron los de 4º de la ESO. El grupo que no viajaba a Italia se negó a dar la cara ante la cámara y, a sugerencia mía, jugaron con sus sombras para crear una secuencia de la que he sacado partido creando el mosaico que aparece como ilustración de este artículo.
El grupo de 2º también estaba formado por niñas, ya que el único chaval que no fue de excursión se desgajó del grupo fotográfico para lanzarse entusiasmado a la cancha de baloncesto. Las chicas tenían veleidades de modelos, pero sus poses recordaban más las fotonovelas de los años setenta que el dinamismo de la actual foto de moda. Aquí sí que tuve que intervenir para que la cursilería no derritiera la pantalla de la cámara. Es gracioso constar cómo las expresiones y miradas pseudoseductoras, que en mi opinión estaban más cerca del garrulismo que del erotismo adulto, se tornaban miradas ingenuas y relajadas cuando las animaba a mirarme a mí, que las encuadraba contra una pared o el tronco de un árbol. Tengo que decir que este contraste entre la imagen auto-construida y la imagen real me inspiró bastante ternura.

Y el resultado para mí más beneficioso de esta semana de escasa actividad docente y mucha interrelación personal ha sido el cambio de actitud de los alumnos hacia mi persona, mucho más abierta, confiada y simpática.


¡LA FOTOGRAFÍA DERRITE CORAZONES!

sábado, 11 de febrero de 2012

ESPAÑOL EN 100 PALABRAS



Le digo a una alumna de 2º de ESO que es "muy espontánea" y se ofende. Otro día, esa misma alumna me enseña unas fotos que le ha hecho un fotógrafo profesional y le digo que su expresión es "escéptica" y no me entiende.

Harta de que no paren de hablar mientras yo intento explicar la lección, les digo a las alumnas de 3º ESO que tienen logorrea, o sea "diarrea verbal" y se parten de la risa, mirándome como si hubiera contado un chiste verde.

A una niña de 2ª que se niega a proseguir con la clase porque quiere salir al patio "porque está nevando" le digo que no hacen falta que venga al instituto, "te quedas en casa... analfabeta... y a ver qué futuro te espera." La niña entiende que la he llamado analfabeta y convence al compañero de que la he insultado.

Pretendo interesarles en el aprendizaje del francés, más que nada porque son ellos mismos quienes han escogido la asignatura. Pero ante la ignorancia tan supina en materia de vocabulario de la lengua que es la que utilizan cotidianamente y que en la mayoría es la materna y de comunicación en el hogar, ¿cómo puedo extrañarme de que después de tres meses desde que empezó el curso sean incapaces de recordar el Presente de Indicativo del Avoir y el Être?

MOVILIZACIONES: NO NOS MOVERÁN









































Las últimas acciones de los gobernantes son un ataque tan descarado a los derechos de los ciudadanos, cualquiera que sea el aspecto de la vida en sociedad a la que queramos aludir, que si no fuera por el frío que lleva dos semanas haciéndonos la vida más difícil y cara, deberíamos estar todo el día en la calle, con la pancarta alzada y con la garganta entonando el viejo lema de nuestros abuelos.


Porque el ataque de la contrarrevolución conservadora ha llegado ya al núcleo de Europa, es decir, el Estado del Bienestar. Un sistema de armonización social que ha sido el resultado de siglos de enfrentamientos y guerras, que se ha llevado por el camino la vida de cientos de millones de personas, y que apenas tiene 50 años en la mayoría de los países que ganaron la IIGM, y apenas quince en España, está siendo, no ya atacado sino directamente derribado con unas embestidas que ya no quieren ser disimuladas.


Es evidente que la economía de fantasía que se creó en los años ochenta y consolidó diversos lemas, como el TODO VALE, SIN COMPLEJOS, TODOS CONTRA TODOS, ha visto la llamada "deuda soberana", o sea la Deuda pública de los diferentes países europeos, como un maná inagotable -ya que procede de los impuestos directos e indirectos que generan los ciudadanos a cambio de la promesa de unos servicios públicos que hagan la lucha por la vida menos desesperada- del que adueñarse aun a riesgo de que la "deuda soberana" deje de ser el mecanismo con el que un Estado se subvenciona para ofrecer todos esos servicios sociales de calidad y pase a ser un mecanismo de control externo sobre las finanzas y, en consecuencia, la gestión política y social de ese país. En resumidas cuentas: un golpe de Estado desde el exterior, anónimo, por tanto irresponsable, con un recuento de bajas difícilmente verificable porque se producen en la intimidad de cada hogar, a medida que se van perdiendo los trabajos, las prestaciones por desempleo, las ayudas sociales complementarias y aumenta la desesperación, el miedo al futuro y la pérdida de confianza en las instituciones y en las reglas básicas de la convivencia.


Pero, lo que no saben quienes detentan el poder económico es que ahora la sociedad está mucho mejor informada y sabe lo que está perdiendo y las amenazas que se ciernen sobre nuestro futuro inmediato y el de los jóvenes a medio y largo plazo. Como se decía en las pancartas del 15-M, un lema que ha traspasado fronteras y se ha visto hasta en "Occupy Wall Street": SOMOS EL 99%.