jueves, 13 de noviembre de 2014

ODIO EL INGLÉS

http://www.elmundotoday.com/2014/02/cientificos-de-la-universidad-de-cambridge-confirman-que-los-espanoles-no-pueden-aprender-ingles/






      No sé cómo más lo puedo decir: no tiene ningún sentido intentar enseñar un idioma a niños que no tienen la menor intención de aprenderlo. Es agotador estar cada día presentando los mismos temas y ejercicios, año tras año, sin que esos conocimientos hagan mella en los alumnos.
     Toda la industria de la enseñanza del inglés parece estar pensada para que se aprenda algo pero no mucho, para tener enganchados durante décadas a los españoles al aprendizaje del inglés, con el consiguiente gasto en academias, libros y demás materiales adicionales.
Por mucho que se diga, ni siquiera el acercamiento temprano tiene el menor efecto cuando no hay un entorno de interés por el idioma. Además, la estúpida comparación con otros países, principalmente del norte de Europa, no tiene en cuenta que esos países comparten unas raíces lingüísticas al ser lenguas germánicas. ¡Faltaría más que los alemanes, los suecos y los alemanes u holandeses no tuviesen facilidad para asimilarlo! A los españoles tampoco nos cuesta mucho entender el italiano, y los catalanes encuentran un montón de similitudes con el francés, pues no en vano tuvieron una época en la que ambas lenguas estaban más que "en contacto". ¡Si eran el mismo idioma!
   Pero no hay nada que hacer, el provincialismo de nuestros gobernantes, con complejo de monolingües porque en sus tiempo el don de lenguas era propio de niños ricos, ahora quieren que el español medio adopte una lengua cuya cultura no tiene nada que ver con la suya si no es la imposición imperialista de la sociedad de consumo llegada de Estados Unidos.
      Y aquí nos tenemos, escuchando voces engoladas que crean situaciones repetidas una y mil veces pero planas, sin un contexto real para poder hallar un punto de referencia, como sí sucede con el francés o el italiano, por no hablar del sueco (la lengua que he estado estudiando en los últimos tres años).
Enseñar inglés es para mí una tortura de primer calibre y estoy cada día de mal humor por la escasa efectividad de las clases. Los alumnos no son capaces de generar frases por sí solos, como mucho pueden copiar un modelo y hacer una variación de una o dos palabras, con la esperanza de que mediante la repetición se llegue a asimilar alguna estructura.
      Acaba de empezar el curso y ya estoy harta de todo. Con uno de los cursos, el de tercero, ya he decidido que no me voy a quemar intentando que estudien para un examen. Con la ley del mínimo esfuerzo, lo único que puedo conseguir es que dos o tres se miren la lección pero sin que eso comporte que estudien y sepan resolver los exámenes, que ya están pensados según tres niveles de dificultad indicados por estrellas, siendo la una la de adaptación para el inútil de la clase, y la de tres estrellas para quienes tienen un nivel correcto, casi siempre resultado de su asistencia a clases en una academia en horario extraescolar.
      Y no se trata de que las clases se impartan o no en la lengua extranjera si no hay interés en aprender o los contenidos son solo superficiales o no hay un contacto directo y real con la lengua, que no sea el socorrido viaje a Londres, una ciudad excesivamente grande como para que los chavales tengan la ocasión de hablar con los habitantes en situaciones cotidianas, máxime si se tiene en cuenta que los servicios orientados a los turistas, mal pagados, los gestionan y llevan personas de países no británicos cuyo conocimiento del inglés es básico.
    Ojalá haya alguien con cierto nivel de inteligencia y sin complejos de niño pobre para analizar estas cifras de fracaso escolar constante y se atreva a rectificar esta imposición que tanto ha empobrecido a los españoles y tanto ha enriquecido a la industria editorial y turística de los países anglosajones.

viernes, 31 de octubre de 2014

¿PROFESORA O DISC JOCKEY?

          Como profesora de idiomas, siempre intento presentar el máximo de recursos de aprendizaje a mi alcance, y las nuevas tecnologías han facilitado la enseñanza y el aprendizaje a quien quiera aprovecharlas. Antes de que todas (o casi todas) las aulas estuviesen equipadas con el correspondiente cañón de proyección y su libro digital, el máximo avance era contar con una recopilación de canciones grabadas a partir de CDs originales o de grabaciones de la radio, por no remontarme a las copias de cassette a cassette que algún buen amigo se avenía a hacer a partir de su colección discográfica o porque su equipo musical contaba con la opción de hacer copias de cintas.
           La aparición de Internet y posteriormente de Youtube y similares es algo parecido a un sueño hecho realidad para el amante de las lenguas autodidacta. Esa torre de Babel es una tentación por la cantidad y la variedad de la oferta. Y ese espíritu universal se expande con el altruismo de muchos usuarios, personas que se toman el tiempo de juntar imágenes para crear videoclips para sus canciones favoritas, e incluso llegan a incrustar subtítulos para poder seguir las canciones palabra a palabra. No hay duda de que nos encontramos ante un fenómeno que ya no tiene vuelta atrás y que, sin dejar de respetar el derecho a la propiedad intelectual, es lógico que si el recipiente es gratuito también lo sea el uso y disfrute.
          Gracias a eso yo puedo descubrir pequeños tesoros en forma de fragmentos de películas olvidadas o de múltiples versiones de una misma canción para comparar la moderna con la antigua. ¡Cómo iba yo a imaginar que la estúpida canción de la belga Kate Ryan Ella, Ella elle l'a era una versión comercial de una pequeña joya cantada por la ya no tan joven France Gall como homenaje a la venerable Ella Fitzgerald (y que también retoma estúpidamente ese invento llamado Alizée! Recuerdo todavía con horror e indignación los gritos que hace ya tres años daba una alumna cuando escogí la versión original: "¡Más rápido, más rápido!", gritaba como una poseída desde un lateral de la clase. Estaba claro que la letra les importaba un pepino, lo que importaba era el ritmo, los movimientos corporales sugerentes, la escenificación estridente o sentimentaloide... Una alienación voluntaria por parte de los adolescentes.
       No me extraña, pues, que mis colegas del departamento de Inglés aceptaran sin cuestionar su conveniencia la canción que la editorial del libro de texto (algún día habrá que entrar a fondo en el análisis de esas industrias de enseñanza del inglés y su posible relación con el fracaso ofrecía como material adicional para preparar la fiesta de Halloween: la famosa ZOMBIE de "The Cranberries", que es un alegato contra la indiferencia ante la situación de Irlanda del Norte por la guerra entre el IRA y las fuerzas militares comandadas por el Estado británico. 
          Mientras sonaba hasta tres veces la canción para que pudieran completar el típico ejercicio de rellenar los espacios vacíos, yo observaba las caras de mis alumnos de tercero de ESO, uno de los grupos con menos posibilidades de aprender inglés que he conocido hasta el momento. Esos muchachos que parecen ir a comerse el mundo con su negativa a seguir las normas que tanto bien harían a su desarrollo intelectual, miraban con expresión seria la combinación de violencia y simbolismo pagano y religioso como quien trata de entender un código del que ignora todas las normas y componentes. No es una anécdota irrelevante que fuese un chico marroquí quien dijera que la cruz simbolizaba a Jesucristo cuando dos alumnos españoles dijeran que el crucificado fue Dios... 
         Tampoco es un hecho aislado que cada vez que pongo una canción para trabajarla se produzca una algarabía de protestas y peticiones de títulos que muchas veces nada tienen que ver con la materia, como si en lugar de una clase se tratara de un programa radiofónico de canciones dedicadas. Los títulos que ellos escuchan siempre me parecen para una edad superior a la de ellos, confirmando así la tendencia a quemar etapas vitales cada vez más con más rapidez de la que se hacen eco los medios de comunicación.
Pero como yo tengo muy en cuenta mi precaria situación laboral y mi importante función social, persevero en la idea de que las canciones escogidas tengan un "mensaje" y a ser posible un argumento inteligible y engarzado en la tradición cultural del país, sea Francia o ahora Reino Unido o Estados Unidos (omito en el acerbo la Francofonía o la Commonwealth), además de ser las apropiadas para la edad de los aprendices.
        Y así fue como, mediante una hábil búsqueda en Google ("Halloween songs" se extendió a "Halloween songs for kids") llegué a esta simpática canción que parece pensada para ser cantada en un aula y cuyo título está en perfecta sintonía con su contenido. 
Aun así, aunque casi la mitad (¡todo un éxito!) de la clase de primero de ESO permaneció atenta y se atrevió a cantarla mientras la otra mitad se dedicó a boicotear la actividad mofándose del vídeo y demandando otros títulos e incluso la proyección de una película de miedo. ¡Bendita infancia!

lunes, 22 de septiembre de 2014

15 DE SEPTIEMBRE, LA RENTRÉE

Aún no son las ocho de la mañana cuando estos adolescentes se encuentran de camino a su instituto en Les Fonts (Terrassa - Barcelona).

El lunes cada curso entra a una hora diferente para recibir las agendas, horarios y conocer a los profesores y tutores que tendrá en el grupo que se le haya asignado.

Unas profesoras de una escuela primaria de Barcelona inician el curso con las camisetas reivindicativas contra la política austericida de los gobiernos autonómico y central. 

      A pesar de mis temores a que mi nuevo destino estuviera mal comunicado una vez saliera del tren de los FF. CC., lo cierto es que un autobús local me lleva a mi destino en apenas 5 minutos, lo que quiere decir que también cabe llegar andando con un corto paseo. Por si fuera poco, esas extremidades urbanas de las ciudades conocidas como "polígonos" resultan de lo más pintorescas a la vista, por la conjunción de edificaciones de escasa reflexión arquitectónica y muestras de "asentamientos humanos" desordenados que se remontan a los años del desarrollismo, allá por los años sesenta y posteriores, unas casas de escaso valor estético pero con bastante desahogo espacial, lo que ha facilitado que se vieran sustituidas recientemente por viviendas de mejor calidad destinadas a moradores con mayor poder adquisitivo. Lo más interesante para mí es la presencia de los hipermercado LIDL y ALDI a dos pasos de la estación, una gran ventaja a la hora de resolver el tema de la compra semanal, y con sus cuantiosas ofertas de alimentación ecológica y bio a un precio asequible.
     El instituto se encuentra oculto entre un grupo de viviendas de muy escasa calidad que quedan en una especie de hondonada y una parte del parque natural de la Serra de Galliners. Por fuera repite la imagen de tantos otros por los que he rtransitado, con su fachada de hormigón, grandes ventanales y protecciones metálicas oxidadas con el tiempo. Hay algunos árboles pero predomina el firme duro, como si el arquitecto hubieran pensado que no hacía falta crear y diseñar un jardín estando rodeados de árboles.
      Por suerte, es un instituto pequeño, con pocos alumnos y profesores y eso parece que siempre es una ventaja a la hora de gestionarlo y a los alumnos les ofrece la sensación de estar más acogidos y reconocidos por los profesores.
     En cuaquier caso, el primer día, e incluso la primera semana, poco se puede hacer si no es comprobar que todo funciona, que los alumnos cuentan con el material recomendado y que los grupos de optativas están formados. En la primera clase también se da uno cuenta del percal que tiene en las aulas, pues la naturaleza humana es tan dada al costumbrismo, que ya desde la más tierna infancia uno tiene la tendencia de manifestarse tal como es y sentar las bases de la dinámica que va a seguir con los profesores y compañeros, así como con la materia a estudiar.
En el teatro del mundo los actores de la educación ya empiezan a recitar sus papeles. Esperemos que la improvisación no tenga que salir siempre en auxilio de la programación.

domingo, 7 de septiembre de 2014

MANIFIESTO PARA EL CURSO QUE EMPIEZA


NO PASARÁN

En una época de pantallas, de búsqueda incansable del Yo ideal en una imagen bidimensional, sigue en pie mi propósito de mantener la cruzada contra las faltas de ortografía. El año pasado no pude llevarlo a cabo porque cambié de Lengua y Literatura Castellana a Francés. Pero, también en esta asignatura me he encontrado con la tortura visual de la ausencia de respeto a los corrección ortográfica. No importa que me aburra yo misma repitiendo que en francés los acentos marcan si la vocal se pronuncia abierta o cerrada y que incluso cambia el tiempo verbal (je téléphone, j'ai téléphoné) o la condición de la palabra le téléphone es sustantivo; téléphoné es un participacio), ahí están ellos y ellas para negarles la existencia y la función, buscando siempre la ley del mínimo esfuerzo.
¡Y no será porque desprecien la lectura o la literatura! No hay clase en la que no encuentre un alumno pasando de atender a clases y leyendo a escondidas una novela de su gusto. E incluso escribiéndolas con letra apretada en una hoja cuadriculada una novela que tal vez colgarán después en uno de los blogs especializados que ellos mismos mantienen. 
Por eso, considerando que el gusto por contar y por leer no está perdido, hay que insistir, aunque sea recurriendo al humor.



Póngase a prueba el lector con este sencillo ejercicio encontrado en la Red:



1. Voy a guardar los….de invierno
   
2. No podía sentir más…..
   
3. Vi la esquela en el ….
   
4. En este sepulcro está enterrado un ……
   
5. Mi picó una ….en la mano
   
6. Utilizó argumentos…………
   
7. Mi prima es una …..
   
8. Los caracoles son……
   
9. Hizo un adorno con un….de toro
   
10. Empleó una buena …para ganar
   
11. En su entierro se leyó un ….
   
12. Para el examen debes prepararte los ……
   
13. Se dio un golpe en la ….
   
14. Me duelen los….de pensar
   
15. La figura que tiene seis lados se llama…..
   
16. Los paganos adoraban a un …de oro
   
17. En esta foto está un poco ….
   
18. Mariano es el alumno ….
   
19. Los …. eran un pueblo islámico
   
20. Los ……….se instalaron en la Península Ibérica
   
21. Esta iglesia tiene una ….muy bonita
   

jueves, 27 de febrero de 2014

HUELGA DE ESTUDIANTES

Aún no eran las 8 de la mañana
Un grupo compacto de ¿piquetes?  dispuesto a iniciar su lucha
La policía impedía el acceso al campus de este grupúsculo
          El segundo trimestre siempre ha sido pesado cuando las vacaciones de Semana Santa no llegan hasta el mes de abril. Recuerdo de mis años universitarios que siempre se convocaba una huelga en medio con su correspondiente manifestación y corte de tráfico. A veces se trataba de una jornada de lucha en la que el malestar de los estudiantes coincidía con un estado de cosas general bastante doloroso para toda la ciudadanía. Otras tenía la sospecha de que a algunos se les hacía largo el trimestre y tenían que puntuarlo con su día de "vaga". 
          La escasa credibilidad que tienen para mí estas huelgas se debe a que sus inductores siempre han sido minoritarios ya que la mayoría de estudiantes eran ajenos a los sindicatos o agrupaciones que pretendían representarlos. No digo que sus reivindicaciones no fueran justas ni que sus propósitos no fueran honestos, pero sí que me parecía entonces y me parece ahora que hay jóvenes que cuando se inscriben en la universidad lo hacen desde el primer día para decidir el ritmo colectivo, sin hacer pedagogía ni divulgación de los males que afectan al estudiantado ante los compañeros. Parece como si, nada más entrar, ellos ya saben qué es lo que va mal y quién tiene la culpa, además de cuáles son las estrategias para enfrentarse a ellos. Pasan los años,  pero no pasan esos afanes de enfrentamiento generacional.
      Confieso que he sido fiel presencia en manifestaciones en las que los intereses colectivos estaban amenazados, pero nunca me han gustado las huelgas con voces insultantes o personalizaciones, y mucho menos si al final se producían altercados con quema de contenedores, rotura de vidrios de comercios emblemáticos y demás tropelías sobre el mobiliario urbano. No me parece digno de un estudiante el uso de la fuerza. Como muchos, creo que se ha ido creando una especie de estándar de la manifestación, como una especie de performance en donde cada parte interpreta su papel sin la menor autocrítica ni razonamiento sobre la eficacia del método para llegar al objetivo.
       Como ya dije alguna vez, la escenificación de la lucha y de la indignación colectiva se adapta a las necesidades expresivas de los medios audiovisuales de la sociedad de masas, más orientados a desmovilizar que a informar. Se corean lemas más o menos inspirados, se lanzan improperios contra aquel/aquella que ejerza el poder en esos momentos, se camina desde un punto A a un punto B formando grupos coloristas en los que el sentido del humor exhibido en algunas pancartas (desde la última huelga general del 29 de septiembre la creatividad ha alcanzado cotas dignas de este gran país de genios incomprendidos) va pareja a la relajación de los manifestantes, que presentan un semblante festivo tanto para atraer la simpatía de los mirones como para frenar el afán represivo de las fuerzas policiales. Sin embargo, al final del trayecto, y cuando la parte social protagonista se ha dispersado con la conciencia de haber cumplido con su misión, en lugar del silencio y la rutina urbana se inicia una performance de guerrilla urbana que hace saltar como un resorte a los antidisturbios, preparados en sus furgonetas (las "lecheras") para abalanzarse sobre los exaltados disfrazados de "manifestante tipo" y liberar la testosterona reprimida en ese ya rutinario cuerpo a cuerpo que todos los fotoperiodistas han previsualizado antes incluso de salir de la redacción de su periódico y que esperan captar con su sensor multisensible. 
      Sí, es esa foto en la que un joven larguirucho vestido con tejano y sudadera con capucha, tapado el rostro con una bufanda y un gorro para no ser reconocido, lanza la piedra o la botella molotoviana contra el vidrio de una sucursal bancaria; o esa misma figura en similar gesto delante esta vez de unos contenedores en llamas o consumidos que con cada manifestación hacen más ricos a sus fabricantes y más pobre a nuestro consistorio. (Sí, ya ha habido quien se ha preguntado a qué viene tanto interés entre los mandos policiales en proteger la integridad de los contenedores y tan poco en fichar a esos profesionales de la pedrada y el fuego urbano cuya actuación resulta tan semejante a la de otros individuos que vemos en las noticias televisadas de la Europa actual que casi se diría que forman parte de una "Internacional de la provocación" que, como sucedía no hace tanto con los radicales de algunos equipos de fútbol muy poderosos, contaban con el apoyo tácito y la financiación nada anónima de los capitostes de.esos mismos equipos.)
     La razón de que esas figuras de la provocación y la represión aparezcan indefinidamente en cada desenlace manifestatorio merece ser analizada a fondo. Como todas las fuerzas que se contradicen, la intención es que surja una síntesis nueva, así que no tengo la menor duda de que esa fórmula tan vieja de "agresión / represión" a quien realmente beneficia es a ese sistema que aparentemente quieren derribar esos jóvenes airados. ¿Por qué? Porque nada cambia.
       Para mí, el recurso a la información sectorial y a la ley mediante denuncias a las más altas instancias es hoy por hoy la estrategia de acción más impactante y efectiva, la que más duele a las élites del poder, como han demostrado los activistas de Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH)  y otras asociaciones que van ganando la guerra batalla a batalla y no a golpe de desbordamiento de testosterona.
       Nota a las fotos: Estas tres imágenes han sido tomadas esta mañana muy temprano en el campus de la UAB, de camino al instituto en el que ejerzo desde el pasado mes de noviembre. Como no podía ser menos, los estudiantes de Secundaria (3º y 4º) y Bachillerato se han sumado a ella sin ni siquiera interesarse por las reivindicaciones de la misma. Los profesores somos más que reticentes a que se otorgue este derecho a los menores de edad, máxime teniendo en cuenta su escasa información al respecto. Por suerte, ha habido algún adolescente que ha decidido por sí mismo que esta huelga no tenía sentido y que él iba a asistir al instituto aunque tuviera que levantarse tan temprano como siempre y no fuera a recibir docencia con el mismo nivel de contenidos que en una jornada cualquiera.

lunes, 10 de febrero de 2014

On Lâche Rien - NO NOS RENDIREMOS

HACE TIEMPO QUE NO ESCRIBO EN ESTE BLOG. 
ESTA CANCIÓN DESCRIBE BIEN MI ESTADO DE ÁNIMO.








Du fond de ma cité HLM

Jusque dans ta campagne profonde


Notre réalité est la même


et partout la révolte gronde.



Dans ce monde on n'avait pas notre place


On avait pas la gueule de l'emploi


On est pas né dans un palace


On avait pas la CB à papa.



SDF, chômeur, ouvriers


Paysans, immigrés, sans papiers


Ils ont voulut nous diviser


Faut dire qu'ils y sont arrivés


Tant que c'était chacun pour sa gueule


leur système pouvait prospérer.


Mais fallait bien qu'un jour on se réveille


et qu'les têtes s'remettent à tomber

Refrain :
On lâche rien, on lâche rien

on 
lâche rien, ON lache riiiiiien


On 
lâche rien (wallou)


On 
lâche rien (wallou)


On 
lâche rien, on lache rien

Ils nous parlaient d'égalité

et comme des cons on les a cru


Démocratie fait moi marrer


Si c'était le cas on l'aurai su


Que pèse notre bulletin de vote


face à la loi du marché,


C'est con, mes chers compatriotes, mais on s'est bien fait baiser


Que pèse les droits de l'homme face à la vente d'un airbus


Au fond y a qu'une règle en somme


se vendre plus pour vendre plus


La république se prostitue sur le trottoir des dictateurs


Leurs belles paroles on y croit plus,


Nos dirigeants sont des menteurs.



REFRAIN




C'est tellement con, tellement banal


de parler d'paix, d'fraternité


quand des SDF crève sur la dalle


et qu'on mène la chasse au sans papiers.


Qu'on jette des miettes aux prolétaires


Juste histoire de les calmer,


qu'ils s'en prennent pas aux patrons millionnaires


trop précieux pour notre société.


C'est fou comme ils sont protégés 


tout nos riches et nos puissants

Y a pas à dire ça peut aider


d'être l'ami du Président.


Chers camarades, chers électeurs,


chers citoyens consommateurs


le réveil à sonné il est l'heure


D'remettre à zéro les compteurs.



Tant qu'y a d'la lutte, Y a dl'espoir


Tant qu'y a dl'a vie, Y a du combat


Tant qu'on se bat c'est qu'on est debout


Tant qu'on est debout on lâchera pas


La rage de vaincre coule dans nos veines


maintenant tu sais pourquoi on s'bat


notre idéal bien plus qu'un rêve


Un autre monde, on a pas l'choix.



REFRAIN

viernes, 11 de octubre de 2013

EL HAMBRE Y LAS GANAS DE COMER




Papelera del patio de un instituto público



     El curso ha empezado igual que acabó, con malas noticias sobre el futuro de la enseñanza pública. Como en los cursos pasados, ha aumentado el número de alumnos pero ha descendido el de profesores. Los funcionarios siguen en sus plazas, algunos contando los meses o días que les quedan para cumplir los sesenta años y jubilarse después de haber cotizado más de treinta años a la Seguridad Social. He coincidido con varios de ellos y todos se las prometen muy felices en su futuro estado laboral porque tienen muchos planes para seguir disfrutando del tiempo libre y olvidar el malestar que ha ido en aumento con las sucesivas reformas educativas.
     Muchos de los que llevaban años encadenando vacantes como interinos, es decir, con un contrato del 1 de septiembre al 31 de agosto, ahora han descendido a la categoría de sustitutos, de esos a los que se fulmina el 30 de junio sin importar si el profesor sustituido se ha reincorporado o no (con el perjuicio que puede ocasionar al centro al tener que volver a solicitar un nuevo sustituto en septiembre).
En mi caso, como siempre he estado en la categoría de sustituta, no puedo sino alegrarme de haber empezado el curso ocupando el lugar de la titular, y con la promesa en el aire de acabar el curso en el mismo puesto. Las ventajas de esa condición son varias, la más importante el que los alumnos me perciban como "la auténtica", la que pone las notas y la que, hablando crudamente, "la que corta el bacalao".
    El centro en el que trabajo está situado en una zona residencial, aunque periférica, que recibe alumnos de otras poblaciones limítrofes también acomodadas. Su mejor estatus económico se percibe en muchos aspectos, contándose entre los más importantes el mayor porcentaje de alumno no inmigrante (con una numerosa muestra de alumnos con apellidos de otros países europeos) y un porcentaje muy bajo de alumnos obesos. De hecho, me atrevería a afirmar que una gran parte de los alumnos están dentro del peso adecuado para su altura y edad, con un alto predominio de alumnas de los cursos iniciales (1º y 2º ESO) cuyo aspecto aún es el de las niñas prepúberes. 
Los martes tengo adjudicada la guardia de patio y, junto con otros tres profesores, me ocupo de que los menores se mantengan dentro del recinto. En la media hora de recreo los alumnos pueden desayunar lo poco que ofrece la cantina o comer lo que sus madres les hayan preparado. Lo habitual es verlos salir con un bocadillo envuelto en papel de aluminio (señal de que este instituto no se ha unido a la red de Escolas Verdes) cuya longitud a veces me deja con los ojos abiertos, hasta que una recuerda que se trata de adolescentes muy activos y en proceso de desarrollo. También puede deberse a que, como me confiesan algunos, han llegado al instituto sin haber probado bocado ni bebido un triste vaso de leche con colacao por las prisas para cumplir con el horario de entrada (para ellos siempre a las ocho de la mañana).
     En varios instituto he sorprendido a algún alumno tirando una parte más o menos grande de su bocadillo y ocasionalmente me he atrevido a recriminar su mala acción al derrochador, apuntando a su egoísmo en tiempos de crisis y conminándolo a guardar la parte no deseada para llevarla a casa a fin de sugerirle a la madre que pusiera menos cantidad de comida.
   Pero lo que no me había pasado nunca hasta ahora es que, al ir a tirar un papel a la papelera del aula, me encontrase con un bocadillo aún envuelto en su plástico transparente al que sólo se le había dado un mordisco. Lo he mostrado a los alumnos manifestando mi indignación por ese acto de irresponsabilidad, sin conseguir otra cosa que unas risotadas de los presentes, que se acusaban unos a otros de haber sido el culpable.
      Imbuida como estoy de mi papel de educadora justiciera, me he dicho que eso no podía continuar así y que el centro tenía que tomar una iniciativa al respecto, pues una cosa es tirar esa punta de pan industrial al que ya no le queda "chicha" y otra muy distinta arrojar a la papelera más de medio bocadillo. Hoy mismo, aprovechando la reunión de departamento y la presencia de varias compañeras, he expuesto el tema y la necesidad de que, desde dirección, se plantease algún tipo de propuesta con el fin de concienciar a los alumnos de la necesidad de no derrochar la comida y a los padres de estar atentos a lo que dan a sus hijos para desayunar. La respuesta que me ha dado la jefa de mi departamento me ha dejado, más que perpleja, chasqueada, al aducir que poco se podía hacer si quien tiraba el bocadillo era el típico caso de anorexia. 
      Lamentablemente, no se trata de una simple anécdota. Aunque parezca extraño si se tiene en cuenta que su aspecto físico suele estar dentro de la norma social, las adolescentes de familias acomodadas que se niegan a comer son más numerosas que las hijas de trabajadores con ingresos bajos o muy bajos. Una de las razones podría ser la mayor presión que sufren para ser personas de éxito y cumplir con las expectativas depositadas en ellas o que ellas mismas hayan podido forjarse. En cambio, la deseducación que el sistema neoliberal ha provocado entre las clases bajas a fuerza de ofrecerles como referencia personajes vulgares, a los que seguir y a la vez despreciar, parece haber salvado a una gran parte del elemento femenino de ese autoengaño narcisista consistente en destruirse física y psíquicamente en busca de una imagen ideal.