lunes, 31 de mayo de 2010

UN COLEGIO PROHIBE... (2)

"Una escuela australiana prohíbe los abrazos durante el recreo." (Público.es)


¿Qué ha pasado desde entonces? Pues al menos treinta años y con ellos toda una contrarrevolución conservadora cuyos efectos ya apuntaba la Pulitzer de 1991 Susan Faludi en su magnífico ensayo Reacción, la guerra no declarada contra la mujer moderna (Anagrama).
Uno de esos efectos ha sido la extrema cosificación del cuerpo humano, convertido en objeto de consumo para uno mismo y para los demás, sometido a la mirada escrutadora e implacable de ese ojo social totalitario, que se materializa en la ubicuidad de los soportes gráficos y la confusión que rige en los medios entre información y publicidad y que hace de todo y de todos modelos de uso y consumo.
La revolución sexual de los sesenta y setenta se ha contrarrestado por un lado propagando el miedo al Otro mediante el uso interesado de una enfermedad de aparición tan "oportuna" para los intereses reaccionarios como el Sida, logrando anular a través de campañas de amedrentamiento general la espontaneidad que debería reinar en las relaciones entre esos hombres y mujeres que por fin podían considerarse semejantes después de librarse de la oscura amenaza de los embarazos no deseados.
Y por el otro lado, la generalización de la Pornografía como sexualidad de referencia. No conformes con multiplicar su presencia en revistas y programas de radio o TV, los actores porno se ven aúpados a la categoría de maestros del Ars Amandi, dando consejos o lecciones en libros o Salones del Erotismo (muchas veces subvencionados con dinero público con el pretexto de ser una "industria" que crea puestos de trabajo).
Justo por estas fechas me encontraba el curso pasado haciendo una sustitución que coincidía con la semana en la que se lleva a cabo el Crédito de Síntesis. Yo tenía horas de Biblioteca y allí acudían los alumnos cuando tenían que consultar alguna información para completar sus tareas. Mi función era facilitarles el acceso y procurar que ninguno se dedicara a ocupar un ordenador en horas de clase para juegos on-line. Así que, cuál no sería mi sorpresa cuando me encuentro a unos alumnos de 1º de ESO frente a un Plano de Detalle de unos genitales femeninos extraída de una colección de imágenes pornográficas. Cuando les llamé la atención al respecto, uno de los chicos me dijo con toda la seriedad del mundo que sólo trataba de rebatir a su compañero algún dato en el que, al parecer, éste estaba totalmente equivocado a tenor de lo que había dicho su profesora en alguna clase de Ciencias. ¡En fin! Tanto si lo que decía era cierto como si no, lo que si era preocupante es que incluso para ilustrar un tema de ¿Biología? las imágenes pornográficas fueran lo primero que los chavales se encontraban en la Red.

Sin olvidar las series con protagonismo juvenil en las que supuestos adolescentes viven con una libertad económica y sexual que ya quisieran muchos treintañeros. En ellas, tanto si son de intriga como costumbristas, los jóvenes parecen obligados a emparejarse unos con otros o, peor, con profesores o adultos en relaciones que sirven para alargar las tramas pero que traspasadas a la vida real serían fuente de conflictos con muy poco encanto.
(Continuará)





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UN COLEGIO PROHIBE... (1)


"Un colegio concertado prohíbe a tres alumnas ir a clase en tirantes." (20 minutos)
"El instituto de Balmaseda prohíbe a sus alumnos 'vestir como si fueran a la playa'" (El Correo digital)
Noticias como éstas cada vez son más frecuentes en las primeras páginas de los medios de comunicación en todos los países occidentales. La polémica está servida. Desde quien se escuda en la libertad de expresión hasta los que claman por una vuelta al pudor y el mantenimiento del decoro que exigen los espacios colectivos, sean de trabajo, de formación o de ocio... las posturas encuentran un punto medio en quienes dicen que eso es cosa de la adolescencia y que cuanto más se les apremie para que modifiquen su conducta peores serán los efectos.
Como profesora recién incorporada a la enseñanza media, me llama mucho la atención la forma en la que van vestidas las alumnas y, en menor medida, los alumnos. La proliferación de escotes desmesurados, de pantalones bajos que dejan ver el borde de las bragas de colores en las más niñas o el tanga en las más mayores (cuando no directamente "la hucha"), por no hablar del esmero en el maquillaje o en la selección de los complementos... es algo que a veces me produce sensaciones contradictorias.
     En general, no me gusta. Creo que al instituto se va a estudiar y que en el tiempo libre pueden emplearse a fondo con su atuendo y apariencia para conseguir entre los colegas el efecto de llamada de atención que desean. Pero, claro, el centro es también el espacio de socialización principal ya que en él pasan la mayor parte de su tiempo. Muchas veces salen de clases para meterse en casa y no vuelven a verse con los/las compañero/as hasta el día siguiente... así que el centro se convierte en un ruedo en el que poner a prueba todas esas inquietudes que excitan o acongojan en la adolescencia. Y ahora que son mixtos, qué voy a decir.
     En mis años de adolescencia predominaba el modelo hippie o progre, así que no se hacía excesivo hincapié en los centímetros de carne desnuda. Era la pana o el algodón; las faldas con vuelo o la chaqueta de obrero con cremallera por delante que comprábamos en las tiendas de ropa de trabajo de la calle Hospital. Entonces las más adelantadas se procuraban la píldora y con eso ya hacían su revolución... Si una iba enseñando las piernas o se le transparentaba algo no era como resultado de una operación estudiada hasta el mínimo detalle. Y en lugar de buscar la mirada exhibiendo "protuberancias", nos sentíamos agraviadas si algún chico nos decía algo al respecto.
     Nosotras las estudiantes no queríamos ser mujeres-objeto, no queríamos conseguir nada a través del sexo. Éramos unas idealistas, que creían en el "amor libre" para no quedar atrapadas en el modelo antagónico de la mujer dependiente del hombre por falta de autonomía económica. Esperábamos que con los estudios se nos abrirían las puertas de la independencia.

¿Qué ha pasado desde entonces? ¿Cómo se ha llegado a esto?



martes, 25 de mayo de 2010

PESADILLA POR EXCESO DE ENTUSIASMO


El otro día tuve una pesadilla cuyo "relato" proseguía a pesar de tener un sueño entrecortado. Sucedía que había tenido un Nombramiento y, ni corta ni perezosa dada la cantidad de días que llevaba sin trabajar, me presentaba en el centro para conocer cómo era antes de incorporarme a dar clases.

Como es costumbre, me enseñaban el espacio, la distribución de aulas, etc. y me explicaban el funcionamiento básico. Al ser una vacante de Francés, me pedían que asistiera a una reunión de Departamento, que por cierto tenía lugar en una habitación que más bien recordaba alguna de las bibliotecas de Filología e incluso formaba parte del grupo docente una profesora amiga mía que ya está retirada.

La reunión era un auténtico tostón y el solecito que penetraba por los altos ventanales (una reminiscencia más de la arquitectura de la facultad donde estudié en los '80) me amodorraba y me incitaba a preguntarme cuándo acabarían las colegas con sus tópicos docentes.

Sonaba un timbre, tan penetrante y desagradable como suelen serlo en la mayoría de institutos. Por fin era la hora de ir cerrando temas. Miraba mi reloj y veía que eran las ¡tres y media!

¡Las tres y media y yo me había olvidado de entrar en Gencat.net para acceptar mi Nombramiento y generar la credencial!

¡Si no me daba prisa constaría como No Aceptada y nombrarían a otra persona y a mí me pondrían la última de la lista, sin posibilidad de trabajar en lo que quedaba de curso!

¡Horror! Uno más de mis despistes por exceso de ansiedad.

Me decían que buscara a la Directora para que ella lo arreglara. Pero la susodicha no estaba, se había ido hacía un rato porque la afortunada no había tenido que zamparse una reunión inacabable.

Entonces debería ir yo directamente a Secretaría, que, curiosamente, no estaba en el mismo edificio. ¡Debía darme prisa para solucionar mi situación! Por suerte, una compañera se ofrecía a acompañarme y allí empezaba un viaje acelerado sobrevolando carreteras que atravesaban riscos escarpados que no se parecían a ningún lugar conocido en Cataluña. Yo miraba el suelo y veía que corríamos como si fuera en el asiento trasero de una moto pero ésta debía de ser invisible porque yo solo veía la tierra prensada de la carretera.

Cuando por fin llegábamos a nuestra meta, el lugar era como un pueblecito de cuento y la puerta de entrada a la Secretaría más pequeña que yo, que ya es decir. Las atareadas trabajadoras utilizaban imprentas para generar sus documentos, así que ¡ni hablar de encontrar un ordenador!

La única solución era llamar a la Delegación de Maresme-Vallés Oriental, cuyo número figuraba en la agenda de mi móvil, esperando que las funcionarias no se hubieran marchado ya a casa.

Sin embargo, cuando lo buscaba, tal como sucede en los sueños, me resultaba imposible leerlo, como si fuera borroso. Mas tarde, por lo visto tocaba una tecla errónea y ¡se conectaba Emoción! Aaaagggh! Mi móvil me mostraba todo su potencial en el momento que menos me interesaba descubrirlo y, tratando de volver a la pantalla de teléfono, me pasaba una página de Internet a otra, y bien sabía yo que acabaría pagándolas a precio de oro...

Al final estaba tan harta de la situación, de la que no podía salir por más que lo intentaba, que en el mismo sueño me decía que quería acabar con ese continuo enlazarse de la peripecia y volver a despertarme. Y ¡plis plas! me desperté.

miércoles, 19 de mayo de 2010

NOSTALGIA DEL MUNDO ZOMBIE



Ayer me encontré con una colega con la que coincidí en un instituto de la comarca del Vallés Oriental en 2009. Me decía que debido a la crisis era posible que tampoco hubiera oposiciones en 2011 (las de este año cayeron para mantener las de primaria). Para mí esta posibilidad es un temor y un alivio y no creo que haga falta detallar el porqué de esas sensaciones.
      La compañera lleva varios años impartiendo clases de Inglés y comparte con la mayoría del profesorado la valoración sobre el estado (¿irrecuperable?) del alumnado de Secundaria en los centros públicos. En comparación con la escuela concertada, la pública sale muy mal parada, por más que el sueldo sea superior y las horas de clase y de permanencia en el centro inferiores.
    Para mí, hoy por hoy la única opción factible es la pública, justamente por esas dos condiciones. El tiempo para recuperarme física y mentalmente del viaje en tren y el contacto con los adolescentes es imprescindible para mi supervivencia. También para llevar la doble vida como artista a la que aspiro y por la que me adentré en este extraño mundo poblado de seres mutantes.

YA FALTA MENOS


Hoy ha habido nombramientos para Maresme-Vallés Oriental. Las profesoras de Francés parecen gozar de una salud excelente este curso. Las de Lengua y Literatura Castellana siguen su ritmo lento: hoy ha habido 2 vacantes que se acercan a mi número de lista de este año.

martes, 18 de mayo de 2010

El oficio del bilingüismo · ELPAÍS.com

El oficio del bilingüismo · ELPAÍS.com


Siempre les digo a mis alumnos que el futuro es políglota. Cuando en una clase la mayoría es de origen no español, es obvio que el aprendizaje de las lenguas debe abordarse de una forma menos rígida, sin dar primacía al inglés en detrimento de las lenguas propias, entendiendo por "propias" las dos que se hablan en Cataluña y las que cada alumno hable en el marco familiar, que rara vez son europeas.

YO ALUMNA


Dada la escasez de vacantes que están apareciendo estas últimas semanas, decido inscribirme en cuantos cursillos relacionados con el mundo audiovisual se me presentan (a bajo coste, claro).

Es difícil aprovechar el tiempo de paro cuando uno lo ve como tiempo a la expectativa. Un poeta o un filósofo describiría mejor que yo esa sensación de estar en el aire, indefinida, como un proyecto de vida que no se hará viable y visible hasta que entre en contacto con el entorno real en el que desarrollará sus potencialidades.

jueves, 13 de mayo de 2010

12 días sin cotizar


Sigo a la espera de un Nombramiento. Francés, Lengua y Literatura Castellana, cualquiera podría ser. Maresme, Vallés-Oriental, creo que ahora toca Maresme.

sábado, 8 de mayo de 2010

CONVIVENCIA




En estos últimos días se ha tratado mucho en los medios de comunicación del tema del pañuelo con el que se cubren la cabeza las muchachas musulmanas. La polémica puede seguirse en periódicos, televisiones y foros de internet, la mayoría haciendo hincapié en que es una imposición que somete a la mujer o un empecinamiento por parte del colectivo musulmán para autoafirmarse sin respetar nuestras normas de convivencia social.
En mi opinión, muchas veces se trata de una opción de autoafirmación personal por parte de jóvenes adolescentes que ven su cuerpo cambiar y tal vez no desean entrar en la carrera competitiva que emprenden sus coetáneas de raíces cristianas de mostrar y mostrar como acto de desinhibición y de afirmación de su ser mujeres y no niñas.

En el instituto tuve ocasión de ver que la convivencia es posible en la medida que las normas son iguales para todos y no se entra en detalles personales. Aquí presento una muestra del espíritu de colaboración e interés mutuo que se da entre los/las estudiantes.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Esperando el bus tempranito


INTERLUDIO

Espero a que cese la lluvia y a ver mi nombre en la lista de "Nomenaments". No aparezco. Pienso que no habré de madrugar y también que no cotizaré ni cobraré. Sé que perderé el tiempo en minucias y que no me animaré a ponerme a estudiar para las "Opos".

Recuerdo a los compañeros a los que he conocido últimamente y me los imagino siguiendo su rutina cotidiana. Si pienso en todos los institutos en los que he estado en los últimos 3 cursos, soy capaz de entender el término "multiversos", donde cada centro es una civilización en sí mismo, sometido a unas normas superiores y creando unas que podrían llamarse 'naturales' por ser un intento de adaptarse a la realidad que la suma de todos sus componentes (humanos, materiales, geográficos, etc.) obliga. También que unos son más propicios a la vida que otros, de los que se desea escapar cuanto antes, en busca de un remanso que puede ser un infierno.