lunes, 31 de mayo de 2010

UN COLEGIO PROHIBE... (1)


"Un colegio concertado prohíbe a tres alumnas ir a clase en tirantes." (20 minutos)
"El instituto de Balmaseda prohíbe a sus alumnos 'vestir como si fueran a la playa'" (El Correo digital)
Noticias como éstas cada vez son más frecuentes en las primeras páginas de los medios de comunicación en todos los países occidentales. La polémica está servida. Desde quien se escuda en la libertad de expresión hasta los que claman por una vuelta al pudor y el mantenimiento del decoro que exigen los espacios colectivos, sean de trabajo, de formación o de ocio... las posturas encuentran un punto medio en quienes dicen que eso es cosa de la adolescencia y que cuanto más se les apremie para que modifiquen su conducta peores serán los efectos.
Como profesora recién incorporada a la enseñanza media, me llama mucho la atención la forma en la que van vestidas las alumnas y, en menor medida, los alumnos. La proliferación de escotes desmesurados, de pantalones bajos que dejan ver el borde de las bragas de colores en las más niñas o el tanga en las más mayores (cuando no directamente "la hucha"), por no hablar del esmero en el maquillaje o en la selección de los complementos... es algo que a veces me produce sensaciones contradictorias.
     En general, no me gusta. Creo que al instituto se va a estudiar y que en el tiempo libre pueden emplearse a fondo con su atuendo y apariencia para conseguir entre los colegas el efecto de llamada de atención que desean. Pero, claro, el centro es también el espacio de socialización principal ya que en él pasan la mayor parte de su tiempo. Muchas veces salen de clases para meterse en casa y no vuelven a verse con los/las compañero/as hasta el día siguiente... así que el centro se convierte en un ruedo en el que poner a prueba todas esas inquietudes que excitan o acongojan en la adolescencia. Y ahora que son mixtos, qué voy a decir.
     En mis años de adolescencia predominaba el modelo hippie o progre, así que no se hacía excesivo hincapié en los centímetros de carne desnuda. Era la pana o el algodón; las faldas con vuelo o la chaqueta de obrero con cremallera por delante que comprábamos en las tiendas de ropa de trabajo de la calle Hospital. Entonces las más adelantadas se procuraban la píldora y con eso ya hacían su revolución... Si una iba enseñando las piernas o se le transparentaba algo no era como resultado de una operación estudiada hasta el mínimo detalle. Y en lugar de buscar la mirada exhibiendo "protuberancias", nos sentíamos agraviadas si algún chico nos decía algo al respecto.
     Nosotras las estudiantes no queríamos ser mujeres-objeto, no queríamos conseguir nada a través del sexo. Éramos unas idealistas, que creían en el "amor libre" para no quedar atrapadas en el modelo antagónico de la mujer dependiente del hombre por falta de autonomía económica. Esperábamos que con los estudios se nos abrirían las puertas de la independencia.

¿Qué ha pasado desde entonces? ¿Cómo se ha llegado a esto?



1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo!!
    Y no entiendo por qué no hay mas voces que hablen de este tema..
    Ahora, la mujer es mucho más "mujer objeto" que antes..

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